Hace 15 años, Desábato iba preso en Brasil

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Los casos ligados al racismo son una constante en el fútbol, y un episodio registrado en Vitoria de Guimaraes, Oporto, con el delantero Moussa Marega como víctima del hostigamiento que bajó desde un sector de tribunas, fue uno de los últimos episodios registrados en Europa, antes de la suspensión de los torneos causado por la pandemia del coronavirus, más precisamente en la Liga de Portugal.

Cada vez que el tema gana protagonismo en la actualidad deportiva, el episodio que tuvo como actor principal a Leandro Desábato, en Brasil, como jugador de Quilmes denunciado por un rival, se reinstala. Y a propósito de aquel incidente, hoy se cumplirán 15 años.

Vale entonces recordar lo que por estos días, y con los matices del caso, es una anécdota más del fútbol en la vida del Chavo, actual director técnico de Estudiantes, y de Grafite, por aquel entonces delantero de San Pablo, y en el presente todavía en actividad como jugador de Atlético Paranaense.

San Pablo-Quilmes se cruzaron en el Morumbí, por el Grupo 4 de la Copa Libertadores, con triunfo del local por 3-1, aunque más allá de lo que tuviera que ver con el juego, la crónica terminó limitada a la denuncia de Grafite contra Desábato, quien a consecuencia de la misma terminó detenido y puesto tras las rejas por 40 horas.

Grafite había resultado expulsado por el árbitro a los 45 minutos del primer tiempo al igual que Carlos Arano, de Quilmes, en el contexto de un incidente en el que también había participado Desábato.

El encuentro transcurrió de forma normal y los paulistas superaron con claridad al Quilmes dirigido por Gustavo Alfaro en el que entre otros jugaban Nelson Vivas, Matías Almeyda, Agustín Alayes y Miguel Caneo.

Pero Desábato fue detenido antes de bajar los vestuarios del Morumbí, en el campo de juego mismo, por el comisario que había dado cauce a la denuncia formulada por Grafite: “el jugador argentino me llamó negro y macaco”.

Técnicamente la imputación fue de “injuria calificada” y bajo ese imperativo legal Desábato pasó la noche en una comisaría cercana al estadio. Oficializado el pedido de excarcelación, había que esperar que se expidiera el juez de turno y fijara la fianza correspondiente, lo cual tuvo un desenlace final recién 40 horas después de finalizado el cotejo del 13 de abril de 2005.

 

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