Los chicos en casa y las desigualdades educativas que la pandemia desnudó

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El paréntesis en el que entró la educación en nuestro país en estos más de tres meses aún no tiene una clara luz de salida. Sin embargo, a cien días de que arrancara la cuarentena, la suspensión de clases presenciales afecta a más de 10 millones y medio de niños, niñas y adolescentes. Como dicen los expertos, a raíz del coronavirus el sistema educativo enfrenta actualmente el mayor desafío que haya tenido en su historia moderna: sostener una escuela masiva basada en prácticas presenciales, bajo un formato de educación a distancia mediada por el uso intensivo de viejas y nuevas tecnologías.

“El problema central es que el cierre de escuelas se enfrenta con un conjunto de desigualdades existentes en educación y en la sociedad que afectan de manera desproporcionada a estudiantes más vulnerables -asegura Cora Steinberg, especialista en educación de UNICEF Argentina-. Los gobiernos han desplegado políticas orientadas a asegurar la continuidad de los aprendizajes en las casas y sostener el vínculo de las escuelas con las familias: cuadernillos impresos, programas de televisión y radio, portales educativos y plataformas. Se trata de un esfuerzo enorme para un conjunto de sistemas educativos con disparidad de recursos, capacidades de gestión y acceso a las tecnologías”.

La encuesta COVID-19 de UNICEF muestra que se logró en gran parte la continuidad: 81% de los hogares con los niños y niñas tiene actividades escolares y esto aumenta en los hogares con niños de primaria o y secundaria. Sin embargo, el 21% señala que no tiene retroalimentación por parte de los docentes. Al consultar a los adolescentes, se advierte que 9 de cada 10 está recibiendo tareas, pero en este grupo el 31% indicó que no cuentan con una devolución y un 23,4% dijo no haber tenido contacto directo con la escuela. El 18% declara no tener acceso a internet y el 37% no contar con computadora. Esto se intensifica en los hogares más vulnerables.

“La pandemia impacta también en la situación emocional de los chicos y chicas -apunta Steinberg-: se sienten preocupados o angustiados. Así que es clave fortalecer a los equipos escolares y las familias para brindar contención frente el aislamiento social y fortalecer el contacto y diálogo con los estudiantes”.

Otro dato a tener en cuenta y para nada menor es que, según UNICEF, el apoyo a los chicos y chicas con las tareas escolares recae en las madres en un 68% y solo en el 16% de los padres, brecha que se profundiza en los hogares más pobres.

 

 

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