Porqué “Beto” Cabrera fue el Manu Ginóbili de los ‘70

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Por JORGE ZULBERTI (*)

Hace 20 años nos dejaba Alberto Pedro Cabrera, el que seguramente para los mas jóvenes y habituados a la información al instante y mirar partidos de Básquet de todo el mundo en vivo, aparecerá como un desconocido, pero que para aquellos que tuvimos el placer de verlo jugar o el orgullo de enfrentarlo, fue una noticia muy significativa.

Considero muy difícil comparar jugadores de distintas épocas ,y hasta podría entrar en algún tipo de injusticia. ¿Cómo ser justo al comparar a Di Stéfano, Maradona y Messi? ¿O De Vicenzo, el Gato Romero y el Pato Cabrera? Tal vez una forma sería poder dimensionar lo que significaban esos jugadores para los que fueron compañeros, rivales o público. Lo que generaban en ellos.

Particularmente al Beto Cabrera, el Mago, como le decían, lo vi jugar algunas veces y lo enfrente solamente en un amistoso, yo muy joven y él a punto de retirarse. Debo reconocer que me temblaban las piernas de la emoción, de verme cerca del ídolo-espejo de todos aquellos que nos formamos escuchando la radio o leyendo en los diarios sobre él.

Tenía la simpleza, el talento y la capacidad de esfuerzo de Emanuel Ginóbili, la virtud de hacer mejores a sus compañeros. Fue líder, emblema y referente de varias generaciones de jugadores, con su impronta de pocas palabras.Tan generoso que en el año 1986, jugando yo para Pacífico de Bahía Blanca, rival de su querido Estudiantes, me daba consejos sobre las cosas que consideraba que tenía que mejorar. Como entrenador pudo hacerlo sólo un par de años: no entendía cómo sus jugadores no podían hacer algunas cosas que para él eran simples.

Nunca prefirió irse a jugar a Europa o Estados Unidos, a pesar que muchos intentaron convencerlo. Y si bien era otra época, probablemente habría sido tan grande y trascendente como Emanuel. Cuenta con el honor de ser, tal vez, el único deportista que tiene una calle (nada menos que la del ingreso a Bahía Blanca por ruta 3) con su nombre. En la ciudad considerada como la Capital del Básquetbol.

¿Cómo compararlo? Fue único e irrepetible, al igual que lo son cada uno de los Campeones Mundiales del 50, o la Generación Dorada.En La Plata algunos tuvieron el inmenso placer de verlo jugar en Gimnasia, disfrutarlo.

Estará en el Olimpo del Básquetbol Argentino y el Deporte en general por siempre. Un crack eterno.

 

(*) Ex jugador. DT de básquet

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