Detención y ejecución a manos de los comunistas

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Witold Pilecki no detuvo sus actividades tras salir de Auschwitz. Consciente de que tras la invasión nazi era probable que se produjese un avance soviético, se unió a una rama de la Armia Krajowa (Ejército Patrio, principal movimiento de resistencia polaco de la II Guerra) que se preparaba para la temida ocupación.

Combatió durante el Alzamiento de Varsovia en 1944, y el 5 de octubre, tras la victoria alemana, se entregó a un grupo de soldados nazis. Fue liberado por los aliados el 28 de abril de 1945.

Una vez libre, sirvió al ejército del Gobierno Polaco en el Exilio como oficial de inteligencia en Ancona, Italia. Posteriormente fue enviado a la Polonia ocupada por la Unión Soviética para desarrollar operaciones de espionaje en el terreno y saber cómo se estaba llevando a cabo la imposición del comunismo.

VÉRTIGO HASTA EL FIN

Vivió en el país bajo una identidad falsa y cambiando con frecuencia de empleo. En 1947, había comenzado a reunir información sobre los crímenes soviéticos en Polonia tras la invasión de 1939, pero la tarea no se completó ya que fue detenido el 8 de mayo de 1947, acusado de cruzar la frontera de manera ilegal, usar documentos falsificados, conspirar contra el gobierno y poseer armas sin autorización. Su final lo marcó la denuncia de espionaje para la resistencia. El 3 de mayo de 1948 comenzó el juicio, hecho público por el gobierno polaco comunista, y días después fue condenado a muerte. Lo ejecutaron de un tiro en la nuca el 25 de mayo de 1948.

 

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