Una derrota que mostró la peor cara de Estudiantes
Edición Impresa | 12 de Enero de 2021 | 04:22

Fernando Alegre
falegre@eldia.com
Estudiantes completó anoche su participación en la Copa Diego Armando Maradona, un torneo verdaderamente para el olvido, con una derrota por 2 a 1 frente a Central Córdoba de Santiago del Estero, que en un comienzo pareció ser un rival a medida, porque ni bien la pelota comenzó a rodar en 57 y 1 las debilidades del conjunto visitante lo expusieron frente a un Pincha que sacó una rápida, y merecida, ventaja con anotación de Martín Cauteruccio, quien fue titular en lugar de Leandro Díaz.
Pero lejos estuvo de alcanzarle al Pincha para despedirse con un festejo, porque no aprovechó el viento a favor del primer cuarto de hora, y ni bien comenzó a fallar en el control de la pelota, su rival creció y tras un tiro libre en un palo, en el segundo tiempo consiguió la igualdad en una jugada que dejó mal parada a toda la defensa, que no pudo evitar el cabezazo limpio de Pablo Argañaraz entrando por el medio, y cuando se jugaba tiempo de descuento dio una segunda cachetada al ponerse en ventaja con un pelotazo de Cristian Vega desde afuera del área.
Este último capítulo del equipo albirrojo en la Zona Complementación B, que se adjudicó Vélez, con ventaja sobre Newell’s, Racing, Estudiantes, Godoy Cruz y Central Córdoba, sirvió apenas para las estadísticas, porque ambos llegaron a esta instancia sin posibilidades, aunque bajo la atenta mirada de quienes serán los entrenadores en breve: Ricardo Zielinski y Gustavo Coleoni, respectivamente, que por lo visto deberán trabajar en forma intensa para asegurar una reconstrucción.
Todas las facilidades permitidas por Central Córdoba no le alcanzaron a Estudiantes para aumentar la distancia en el primer tiempo, e incluso, después del dominio ejercido en el tramo inicial, sobre la media hora, un tiro libre de Juan Ignacio Vieyra que explotó en el palo de la mano derecha de Mariano Andújar, amenazó con el empate. El equipo puesto en cancha por Pablo Quatrocchi, con Iván Erquiaga en lugar de Nicolás Pasquini y Mauro Díaz por Ángel González, justificó la ventaja con el juego que desplegó básicamente por el carril derecho, por donde se adelantó Leonardo Godoy y Darío Sarmiento encontró espacios para mostrar su buen pie. Pero no acompañaron Diego García ni Mauro Díaz en la elaboración, y como Cauteruccio estuvo desconectado, resignó el protagonismo inicial y fomentó la recuperación de los visitantes.
El Pincha comenzó a perder la pelota lejos de su arco y las réplicas significaron un peligro, para David Ayala, demasiado sólo en la mitad de la cancha para recuperar, y para el fondo, tan desorganizado por momentos que hasta contagio al arquero, habitual punto de referencia. Tanto, que en un par de interrupciones Andújar aprovechó para juntar a varios con el afán de recomponer movimientos básicos.
El final de la etapa terminó siendo una buena noticia para los albirrojos, pues tras un comienzo prometedor, que dejó ver que estaba frente a uno de los peores equipos del certamen, bajó tantos escalones en su juego que pasó a mostrar que también representaba una de las más débiles expresiones de la Copa Diego Maradona, la que definirán Boca-Banfield, y probablemente el fracaso más grande considerando las expectativas creadas en la previa.
El equipo no se desarrolló durante la gestión de Leandro Desábato, quien debió abandonar como una consecuencia lógica, y durante el posterior interinato de Quatrocchi, tras una recuperación experimentada en Liniers, con triunfo sobre Vélez, volvió al nivel anterior frente a Godoy cruz, en Mendoza, y anoche ante Central Córdoba, un rival que para colmo de males llegó a nuestra ciudad con varios ausentes por casos de coronavirus.
Nada pudo levantar el nivel de juego, ni siquiera las modificaciones, y el partido continuó siendo ordinario, sin jugadas elaboradas, lejos de los arcos. Lucas Rodríguez, recordando sus buenos tiempos, dejó a varios en el camino y puso en acción de Carlo Lattazio, recién ingresado, que no resolvió bien, y pasado el primer cuarto de hora del segundo tiempo, tras una gambeta por la izquierda, Nahuel Barrios sirvió un centro que Pablo Argañaraz conectó al gol de cabeza entrando libre por el medio.
El empate representó un duro golpe para Estudiantes, que de pronto quedó al borde de la desesperación, y contra todos los pronósticos Central Córdoba se animó a ir por todo en un final alocado, que se manifestó con un manotazo de Leonardo Godoy a la cara de Argañaraz, que a instancias del juez de línea le costó la expulsión al lateral derecho que de este modo será la primera baja para Zielinski en el campeonato que viene.
Facundo Mura entró para cubrir el lateral derecho, pero con un jugador menos, y sin ideas ni argumentos sólidos, los albirrojos fueron poco menos que una caricatura futbolística en el final de una Copa para el olvido, desde donde se lo considere, que ni siquiera en su último capítulo aportó algo positivo con miras a la próxima etapa, que tendrá a un nuevo responsable técnico, que evidentemente ya advirtió que le espera un arduo trabajo.
Si el empate tenía sabor a frustración, la derrota que llegó con anotación de Cristian Vega en tiempo de descuento terminó de transformar a este Estudiantes en uno de los peores equipos albirrojos en muchísimo tiempo.
Al Pincha le duró poco la ventaja y cerró un torneo para el olvido ante un rival muy limitado
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