Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

"Carajita": el amor ¿sobre toda diferencia social?

Rodada en República Dominicana, la segunda película de Silvina Schnicer y Ulises Porra relata la historia de la relación íntima entre una niñera y una niña que se pone a prueba a partir de un terrible accidente. Se puede ver gratis y online en la plataforma del Festival de Mar del Plata y llega el jueves a Cine.Ar

"Carajita": el amor ¿sobre toda diferencia social?
21 de Noviembre de 2021 | 01:00

El primer acto de "Carajita" se desarrolla en capas: una familia adinerada de República Dominicana se escapa de un escándalo de corrupción hacia una casa a orillas del mar donde Sara, la hija del clan, pasa los días apartada de su familia, junto a su niñera, Yarisa, con quien ha construido un vínculo de fuerte amistad; pero aparece entonces Mallory, hija biológica de Yarisa, a la que la niñera dejó en aquel pueblo para ir a buscar dinero para la familia, y a quien no le avisó que estaba allí de regreso; Sara y Yarisa comienzan a tejer una relación cuando, en una noche de lluvia, un accidente provocará que las diferencias sociales salgan a la superficie. Y estallen.

“Carajita”, que se muestra hoy de forma presencial, por última vez, en el Festival de Cine de Mar del Plata, que se podrá ver de forma online, y gratuita, en la plataforma del festival hasta mañana, y que desde el jueves llegará a Cine.Ar, es una película filmada en la bella Dominicana, arraigada profundamente en su diferencia de clases, en las contradicciones de su sociedad, en esas tensiones entre el querer pertenecer y el rebelarse, el querer rebelarse y el tener que ganarse el pan. Sin embargo, la dirigen Silvina Schnicer, argentina, y Ulises Porra, catalán radicado en Argentina, que realizan su segunda película juntos, tras “Tigre”. 

¿Cómo llegaron a este proyecto dominicano los directores? “La idea original la tuvo Ulla Prida (guionista y productora del filme), que es dominicana: tenía un primer guión, y estaba buscando directores. Cuando vio nuestra primera película y le gustó, se contactó con nosotros, nos presentó el proyecto, y como esa primera versión no nos cerraba le propusimos entrar primero como guionistas. Así entramos al proyecto, y una vez que llegamos a una versión con la que estábamos todos de acuerdo nos subimos al proyecto como directores”, cuenta, en diálogo con EL DIA, Schnicer, sobre los pasos de la dupla hacia esta corproducción dominicana-argentina.

De todos modos, agrega, adentrarse en la problemática de clases dominicana no fue tan difícil: también en Argentina hay trabajadoras domésticas con cama adentro, “es algo que en el terreno latinoamericano es muy común, al menos en su raíz, esta diferencia de clases la podemos entender todos”.

Porra cuenta que entre Ulla y el equipo técnico fueron aportando datos sobre la particularidad del caso dominicano: la guionista es, de hecho, hija de una familia adinerada, y criada por una niñera, al igual que gran parte del equipo técnico, y “a partir de lo que ellos fuimos encontrando cómo contar cómo es vivir con una nana”.

Y encontraron que la matriz se repetía: “Las nanas son en general mujeres jóvenes, madres adolescentes que dejan a sus hijos al cuidado de sus familias y se van a la ciudad a cuidar a los hijos de otros para ganar dinero”, explica el director, aunque, cuenta, en sus relatos “Ulla y los técnicos “lo explicaban desde cierto romanticismo, y así era incluso la primera versión del guion, el relato era más dulce de lo que acabas viendo. Había una cierta indulgencia, porque todo el mundo sabía que se sustentaba una injusticia social”.

Entonces, la distancia que ellos traían al proyecto, esa mirada ajena, se volvió una herramienta crucial para indagar sobre esa realidad: “Cuando arrancamos, nos dimos cuenta de que nuestra mirada, desde afuera, ayudaba a romper el sentido común, el relato armado en esa cultura. Así como nosotros mismos nos contamos un montón de historias sobre quiénes somos y cualquiera que venga de afuera puede romperlo en minutos”, afirma Porra.

Romper ese relato era clave para darle dramatismo a la pregunta que, a partir del accidente, plantea “Carajita”: ¿existe un amor superador de las clases sociales? El accidente que rompe la trama “contrapone el amor entre la nana y la niña con el contexto”, de feroz de desigualdad social y económica, explica Schnicer, pero durante su primer acto la película asienta las bases para que el espectador no pueda jugar fácilmente el juego de señalar culpables: la tensión está dada por la ambigüedad, por la ausencia de caminos de salida fáciles.

“Nosotros siempre hemos querido que no sea una película de buenos y malos. Cada uno hace lo que puede con las herramientas que tiene”, dice Porra, y a ese fin, agrega Schnicer, en el montaje final trabajaron podando muchas escenas donde aparecía la mirada que juzgaba: "Es inevitable, juzgar es muy humano", se ríe.

“Creemos”, sigue Porra, “que a los personajes hay que entrarles por su debilidad, por su aspecto vulnerable, y ahí encontrar su humanidad. Pero sí queríamos mostrar que sí hay algo sistemático, que el contexto sí es cruel”. “Y es condicionante”, suma la cineasta. “Entonces”, completa el realizador, “si uno trata al sistema en el que están como un aparato indiscriminado, a los personajes los puedes perdonar”.

La poda de escenas también se llevó algunas escenas preciosistas, “demasiado bellas” para el corte final, de esa imponente Dominicana a la que llegan año a año miles de turistas, pero que no es el eje del relato: en “Carajita”, el paisaje es más bien sugerente, hasta amenazante, tenso, como los sonidos de una naturaleza acechante como los chivos que invaden la ruta la noche lluviosa del accidente. Hay pizcas de realismo mágico, reconocen los directores, que regresan al agua, tras filmar su ópera prima en el Delta de Tigre y jurar que “nunca más íbamos a filmar en el agua”.

Este trabajo atmosférico, esta construcción de climas a través de la imagen y el sonido, se aprecia más en la pantalla grande, desde ya, “que es una experiencia, no un contemplar así nomás”, dice Schnicer. Sin embargo, la película llegará a muchos más espectadores gracias a Cine.Ar, algo que los cineastas reconocen. “Los estrenos nacionales se están viendo más que antes en las salas INCAA”, cierra Porra. “Uno no puede darle la espalda a la realidad. Entonces, esta idea de lo híbrido, además de inevitable, puede tener sus ventajas si se hace con inteligencia”.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE

+ Comentarios

Para comentar suscribite haciendo click aquí

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Básico Promocional

$135/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $2590

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme

Full Promocional

$190/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3970

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme
Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$135.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $2590.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla