La pandemia del delito causó la muerte que más conmueve: la de una chica embarazada
Edición Impresa | 30 de Marzo de 2021 | 04:12

“Ahora vengo”, fue lo último que le escucharon decir en la casa. Había salido con su novio en una moto a comprar una gaseosa para la cena. Pero nunca más regresó. Milagros Silva tenía 21 años y estaba embarazada, según confirman en su círculo íntimo. El drama estalló cuando dos motochorros que escapaban de una persecución policial los impactaron de lleno. Fue como una bomba. Todos salieron despedidos por el aire. Lamentablemente, la joven no soportó las heridas sufridas y murió en el acto. Su novio quedó con lesiones y lo mismo los dos delincuentes, uno de los cuales posteriormente se descompensó en una comisaría y también falleció.
Se trató de una clara radiografía de los niveles de violencia e inseguridad que se enquistaron en el Conurbano bonaerense. Un territorio hostil, nocivo, donde la pandemia del delito actúa como una cepa incontrolable.
La madre y el padrastro de Milagros pidieron ante la prensa que se investiguen las circunstancias del hecho, ya que según les contaron los vecinos, fue un patrullero sin sirenas ni balizas el que embistió a la moto de los delincuentes y eso produjo el choque con la moto en la que iba su hija.
Sin embargo, al menos en cuanto a los sistemas sonoros y lumínicos, los videos parecen desmentir esa versión.
“Hacía dos meses ya le habían robado la mochila, el teléfono, todo, acá a la vuelta. Uno cuando sale siempre está avisando, atento, porque hoy en día no hay seguridad para nada. Habían tardado mucho ya, yo sospechaba que pasaba algo. Cuando llamamos a la mamá de Leandro nos enteramos”, contó Alejandra, la mamá.
El hecho ocurrió el domingo, cerca de las 21, cuando un repartidor de comidas de la aplicación Rappi observó sobre la avenida Yrigoyen, a la altura del cuartel de bomberos de Morón, que tres jóvenes en motos perseguían a una cuarta persona y que uno de los sospechosos estaba armado, secuencia de la que los investigadores ya poseen imágenes.
Al cruzarse con un patrullero, el repartidor denunció el hecho ante los policías y brindó una descripción de los sospechosos, por lo que se irradió un alerta en la zona y fueron los efectivos de otro móvil policial, de la comisaría primera de Ituzaingó, quienes visualizaron a las tres motos en el cruce de Rivadavia y Pérez Quintana.
Al ver a los policías, los ocupantes de las motos comenzaron a huir, por lo que el patrullero inició la persecución de una de las motos, de color blanca, que tenía pedido de secuestro activo, ya que había sido robada en la zona Norte, detallaron las fuentes.
Siempre según los investigadores, la moto estaba tripulada por dos jóvenes que se movilizaban sin cascos y se dirigieron hacia la zona de Castelar, donde mientras eran perseguidos embistieron en el cruce de las calles Pardo y Palmero a una motocicleta tipo 110, también blanca, en la que viajaba Silva con su pareja, Ariel Boracchia (23).
El padrastro de Milagros, en pareja hace 8 años con la mamá, dijo que “era una reina, un amor”
A raíz del impacto, la joven, quien aparentemente no llevaba colocado casco, murió en el acto.
Los dos detenidos en el lugar fueron identificados por la Policía como Leonardo Díaz (27) y Martín Prada (19), ambos con frondosos antecedentes penales.
Tras ser asistidos por personal médico, Prada -a quien le secuestraron en su poder un revólver calibre .22-, fue trasladado herido y con custodia a un hospital de la zona, pero Díaz no fue hospitalizado y fue enviado detenido a los calabozos del Destacamento Castelar Sur, donde se descompuso y falleció, se presume, por una fractura de pelvis, a causa del choque, que le provocó una hemorragia interna.
Párrafo aparte merece el informe forense, que estableció que Silva no cursaba ningún embarazo, pese a las declaraciones de sus familiares en sentido contrario.
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