El calentamiento sigue dando avisos que no pueden pasar desapercibidos

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La Organización Meteorológica Mundial (OMM) reconoció días atrás un nuevo récord de temperatura máxima para el continente antártico, de 18,3 grados, registrado el 6 de febrero de 2020 en la estación argentina Base Esperanza.

“La península antártica es una de las zonas del planeta en la que se registra un ritmo más rápido de calentamiento: casi 3 grados en los últimos 50 años. Por tanto, este nuevo récord de temperatura es coherente con el cambio climático que estamos observando”, señaló el organismo.

Sin embargo, no es el único sitio “frío” donde el calor avanza. En Moscú, se sufre una ola de calor con un récord de temperaturas en 120 años, según indicó el servicio meteorológico ruso. La capital rusa superó los 34,7ºC, el máximo histórico que se había alcanzado en un mes de junio, en 1901, y la meteoróloga Marina Makarova, de la agencia Rosguidromet, señaló que “esto se explica por el cambio climático mundial y conlleva récords de calor en la capital”. Según numerosos científicos, Rusia, en particular Siberia y el Ártico, figuran entre las zonas más expuestas del mundo al cambio climático.

También Canadá registró recientemente su mayor temperatura histórica en la localidad de Lytton , en el oeste del país, al verificar 49,5 grados en medio de una ola de calor que ya causó numerosas muertes en forma repentina.

“Las olas de calor son cada vez más frecuentes e intensas a medida que las concentraciones de gases de efecto invernadero provocan el aumento de las temperaturas globales. Empiezan antes y terminan más tarde, y se cobran un precio cada vez mayor en la salud humana y en los sistemas sanitarios”, advirtió sobre el fenómeno la Organización Meteorológica Mundial con sede en Ginebra.

 

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