Primer objetivo alcanzado, con Messi “encendido” y bastante para mejorar cuando defiende
Edición Impresa | 5 de Julio de 2021 | 03:43

Por MARTÍN MENDINUETA
Pueden realizarse cientos de análisis tácticos, estratégicos, colectivos e individuales, pero hay una realidad tan cierta como seductora y es que la Selección Argentina avanza.
Gustando más en las puntas del partido que en el trazo grueso de una pulseada exigente, el equipo de Scaloni ingresó al salón VIP de la Copa América sin ningún tipo de remordimiento. Haber vencido por tres goles de diferencia y con total justicia a un rival especialmente moldeado por Gustavo Alfaro para complicarlo, encierra méritos. Más allá de las profundas “lagunas” donde pierde la pelota y cede protagonismo de un modo peligroso, el equipo albiceleste luce como tal (no es poco) y cosecha en el manejo de la pelota los mejores elogios.
Si el último sábado hubiera fallado, no se lo iban a perdonar. Debía llegar, por lo menos, a semifinales; y allí estará mañana frente a Colombia. La primera meta la alcanzó con holgura. Mostrando lúcidas ráfagas de juego asociado y contragolpes dignos de un fuerte candidato a luchar por el título.
DEPENDE DEL TALENTO DE LIONEL, PERO ESO NO ES UN DESCRÉDITO
Tener a su máxima estrella en un nivel tan destacado es algo que le pertenece, y de ningún modo le “baja el precio” como equipo. Décadas atrás necesitó de Maradona, y así como Brasil espera los frutos del desequilibrio de Neymar, Argentina confía en Messi y se lo hace saber para que su liderazgo jamás esté en duda.
Jugando con semejante eficacia (un golazo, dos asistencias brillantes y otro alarido que le quedó atragantado por el rebote en un palo), invita a que el pueblo sueñe en grande. Cuando Argentina ataca, lastima. Y mucho más si “Lío” participa de la cuestión.
Al demorar las variantes, Scaloni prolongó la comodidad y el protagonismo que, bajo extrema necesidad por el resultado adverso, Ecuador logró plasmar. Dicha tardanza acentuó la evidencia sobre las dificultades que tiene Paredes para cortar y recuperar el balón en la zona de mayor tránsito. Cuando entró Guido Rodríguez, el equipo se acomodó mejor, lució con otra prestancia y ayudó a que Rodrigo De Paul tuviera mayor incidencia en la gestación ofensiva. Hace rato que el ex-Defensa y Justicia merece ser titular.
Otro que ingresó dándole velocidad y enjundia al ataque fue Di María. “Angelito” fresco y los rivales cansados resulta una combinación que puede ser altamente redituable para elevar la facturación de goles.
Que quede bien claro, si Argentina le agrega a su elogiable funcionamiento ofensivo un modo más certero de protegerse cerca de su buen arquero, Emiliano Martínez, tendrá posibilidades para ir por todo...
Paredes no es el único flojo. Otamendi hizo muchas faltas, Pezzella dejó dudas, Molina sufrió en la marca y Acuña, también. Pulir el espectro defensivo debiera ser prioritario para un DT que sabe, y siente, que todavía lo miran con desconfianza.
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