Los aciertos le valieron más que los errores y sigue prendido

Estudiantes jugó un flojo partido, pero se las ingenió para vencer a Patronato 2 a 1 en Paraná con los goles de Apaolaza y Del Prete. El Pincha suma y sigue. Y sueña

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Por FERNANDO ALEGRE

falegre@eldia.com

Si uno repasa las numerosas estadísticas que dejó el cruce de ayer, cuesta encontrar las razones del triunfo de Estudiantes por 2 a 1, que significó también la primera caída del local en el Presbítero Bartolomé Grella.

Patronato lo superó ampliamente en remates, en posesión, en tiros de esquina y en todos los rubros destacados, menos en el fundamental: los goles.

Y es que el equipo de Ricardo Zielinski, utilitario al extremo, sigue demostrando jornada a jornada que no necesita de mucho para lastimar. Con apenas un puñado de jugadas, algunas combinaciones entre sus nombres importantes o una avivada, este Pincha es capaz de abrir el marcador y sacar una diferencia que no suele desaprovechar.

Lo volvió a dejar en claro ayer, donde no la pasó nada bien frente a un Patronato alternativo, que pese a tener la mente puesta en el cruce del miércoles con Boca por Copa Argentina, se le plantó de igual a igual y lo sorprendió de entrada con un golazo de Sebastián Sosa Sánchez, que contó con cierta complicidad de Mariano Andújar.

Poco le importó al León estar abajo en el marcador a los diez minutos de un primer tiempo en el cual el Patrón fue más intenso, logrando así evidenciar un problema que Zielinski ya conoce: la dificultad de sus centrales cuando los sacan del área, su zona de confort. Más aún con los laterales en faceta netamente ofensiva, lo que sucedió mucho ayer con Matías Aguirregaray y un poco menos con Leonardo Godoy, algo más contenido.

Quizás en esa cuestión, en conocerse bien en cuanto a virtudes y defectos, radique la razón de este Estudiantes que pelea arriba, que quiere Libertadores y que agotará instancias para salir vencedor en cada cruce del certamen doméstico.

Con un flojo partido de Jorge Rodríguez en ambas facetas y con poco de Manuel Castro, su goleador, fueron otros los que tuvieron que aparecer. Por momentos fue Andújar, por otros Matías Pellegrini. También Gustavo Del Prete y Francisco Apaolaza. Y principalmente Fernando Zuqui, trascendental en el funcionamiento y en el presente del León.

Sin el manejo ni el control de la redonda y con muchos espacios, parecía que Patronato estaba más cerca de ampliar que el Pincha de igualar. Sin embargo, otra vez la pelota parada dijo presente.

Tras un tiro libre del mencionado Zuqui, Néstor Pitana marcó uno de esos penales que son penales, pero que muchas veces parecen depender más de las ganas de los colegiados de cobrarlos que de la acción en sí.

Apaolaza se hizo cargo, pero su remate, muy anunciado, encontró una sólida respuesta de Matías Ibáñez, quien se lo atajó. Pese a esto, el rebote le quedó servido al oriundo de Magdalena, que, con el arco a disposición, decretó el 1 a 1 de cabeza, 25 minutos después de la apertura del marcador y en apenas el segundo disparo de los de Zielinski con destino de arco.

A partir de la igualdad, Estudiantes se acomodó, pese a seguir jugando al ritmo impuesto por el local. Y tres minutos más tarde, otra vez con Zuqui como el más inteligente de todos, llegó a ponerse arriba en el marcador.

El mendocino jugó rápido un tiro libre en la mitad de la cancha y lo puso a correr a Del Prete, en su misma sintonía. El rionegrino, más veloz que los centrales del Patrón, entró al área y definió ante un Ibáñez que achicó de buena manera, pero el rebote resultó favorable al ex City Torque, que con su pierna izquierda puso un 2 a 1 difícil de explicar desde el trámite.

En apenas su cuarto remate, el Pincha se abrazaba a una ventaja que no soltaría nunca y que le significaría otros tres puntos más para una cosecha que ascendió a 23.

EL COMPLEMENTO, UN SUPLICIO

Con el 2 a 1 en su favor, el segundo tiempo de Estudiantes fue desconcertante. El equipo de Zielinski se retrasó varios metros para intentar salir de contra, algo que poco pudo hacer.

Sin corte en una mitad de cancha desordenada, sin posibilidad de manejar la pelota y los tiempos, y muy errático en los pases, la ventaja se sostuvo en bastante de Andújar, algo de la última línea y mucho de fortuna propia e ineficacia en los dirigidos por Iván Delfino.

Atento a esto, el Ruso metió mano con los ingresos de David Ayala y Franco Zapiola, buscando poblar más el mediocampo y aportar frescura a una ofensiva ya cansada. Sin embargo, lo deseado no surtió efecto y el León fue mero espectador de los constantes ataques de Patronato.

Solo Aguirregaray, con el partido ya roto, fue capaz de generar lo que hubiese sido un golazo difícil de olvidar. Pero su jugada, con tres hombres en el camino, incluido el arquero, terminó con la pelota rebotando en el palo. Y lo que parecía ser un grito servido para Pellegrini, se convirtió en un blooper inolvidable para el ex MLS, que la tiró muy por arriba del travesaño.

Estudiantes no jugó bien y no mereció ganar. Pero esto es fútbol y eso poco importa. Los aciertos le valieron más que lo errores y el Pincha suma, sigue prendido arriba y sueña con festejar al final.

 

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