El boxeo llora la muerte de “un campeón sin corona”

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Profunda tristeza causó en los amantes del boxeo la muerte de Adolfo (“Cacho”) Arce Rossi, uno de los más destacados púgiles de nuestro medio que brilló en la década de los ‘80, época en la cual le quitó nada menos que el invicto a Juan Martín (“Látigo”) Coggi, quien luego se consagrara campeón del mundo.

Arce Rossi, cuya técnica en el cuadrilátero fue destacada por todo el ambiente del deporte de los puños, llegó a pelear en el Luna Park cuando acceder a ese estadio era para unos pocos elegidos, y el reconocimiento de Juan Carlos (“Tito”) Lecture, el principal manager de la historia del boxeo nacional, le permitió presentarse en el exterior, en peleas programadas en Francia, Sudáfrica e Italia.

Para tener una idea de quién fue Arce Rossi en su época de gloria, cuando sus seguidores llenaban cada escenario en el que se presentara, bien se puede apelar a una frase suya: “Tuve el estilo de Nicolino Locche, aunque yo pegaba más”, y a propósito de eso: sus ganchos al hígado fueron sufridos por cada rival que tuvo delante.

Su vínculo con el boxeo fue consecuencia de su admiración por Omar, el hermano, porque a “Cacho” le gustaba más jugar al fútbol, y en los cuadriláteros debutó en 1980 contra contra Horacio Méndez, en Daireaux, partido de la provincia de Buenos Aires, combate que finalizó con un triunfo por nocaut.

Un accidente ferroviario que lo tuvo como víctima en 1993, y el daño físico que le representó lo terminó alejando por completo del deporte, aunque su doble apellido continuó siendo reconocido en el ámbito del boxeo cada vez que se hace referencia a los “campeones sin corona”.

 

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