La calefacción a leña, furor en Europa Central
Edición Impresa | 13 de Octubre de 2022 | 03:37

La leña como fuente de calor ante el invierno boreal tiene una enorme demanda en Europa Central y Oriental. Los altísimos precios de la energía, así como una mayor seguridad en caso de que Rusia cierre el grifo del gas, lleva a muchos a acaparar madera para calentarse.
“Nadie esperaba esta enorme demanda”, explica Thomas Leitner, experto de la Cámara de Agricultura de Austria, al describir el mercado actual en su país, donde ya casi no es posible conseguir leña para calentar los hogares.
Similar es la situación en otros países de esta región altamente dependiente del gas ruso, como la República Checa, Hungría, Rumania o Bulgaria, donde entre un 16 y un 33 por ciento de la población usa habitualmente la madera para la calefacción, según datos oficiales.
Todo apunta a que esos porcentajes serán considerablemente mayores este invierno, ya que son muchos los que recurren a la madera como alternativa menos cara y más segura al gas y la luz. “La población se está reorientando hacia este combustible tradicional, incluso donde esta calefacción no era habitual, y esto provoca escasez en el mercado”, resumió recientemente el viceministro búlgaro de Agricultura, Valentin Chambov.
El precio de la leña ronda los 90 dólares por metro cúbico tanto en la rica Austria, como en Bulgaria, el país más pobre de la Unión Europea (UE), tras encarecerse en lo que va del año entre el 55 y el 70 por ciento, respectivamente.
Aún con esta fuerte suba, el aumento del costo de la madera es moderado comparado con el del gas y la electricidad. El problema es que, dado que se ha disparado el consumo, ya “no hay oferta”, señala un empresario del sector en el sur de la República Checa, donde hay importantes explotaciones forestales.
Además del incremento sin precedentes de la demanda, a la casi completa paralización del mercado de la leña contribuye asimismo una reducción de la oferta en las cadenas habituales del suministro.
Las exportaciones de Rusia, Bielorrusia y Ucrania han quedado bloqueadas desde hace meses por la guerra y las sanciones, mientras que algunos gobiernos, como el de Hungría y Bulgaria, han introducido limitaciones a las ventas al exterior. (EFE)
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