Doble fila sin freno en las escuelas de la Ciudad

Tanto en establecimientos públicos como privados el problema persiste en los horarios de entrada y salida de los estudiantes

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La doble fila en escuelas es una asignatura pendiente de resolución en la Ciudad. Sólo una escuela tiene un plan para evitar situaciones de embotellamiento y caos frente a los establecimientos educativos. En el resto hay una constante batalla en la que salen perdiendo todos: conductores, peatones y el tránsito en general.

La única escuela que cuenta con un plan para evitar la doble fila es Inmaculada, de 45 entre 11 y 12, donde hay un carril exclusivo para que los padres estacionen sus vehículos, los alumnos y alumnas suban a los rodados y con la asistencia de inspectores dejan el lugar en pocos minutos.

En el resto de las escuelas, tanto públicas como privadas, la pesadilla no para de aumentar. Tanto en los horarios de entrada como en la salida, los embotellamientos forman parte de la postal habitual.

En la zona de 58 entre 8 y 9 cerca del mediodía, es casi imposible atravesar la zona. Los coches en doble fila, más los transportes escolares y el paso de los micros de la Línea 214 dejan un estrecho margen para circular.

En la zona de 13 entre 46 y 47, 46 de 13 a 15 y 14 de 46 a 47 hay distintos establecimientos educativos de diversos niveles de enseñanza. La doble fila en la primera hora de la mañana, como en las primeras horas de la tarde es una constante. Pasar por el lugar puede traer serios inconvenientes si se llega con el tiempo justo para un compromiso.

En 55 entre 10 y 11, la primera hora de la mañana y cerca de las 16 es un embotellamiento crónico, como ocurre en la mayoría de los colegios del centro. Los horarios de entrada y salida escolar provocan doble fila en la que se puede perder más de un cuarto de hora para atravesar esa cuadra y las transversales. Una situación similar en las primeras horas de la mañana y pasado el mediodía en 55 entre 12 y 14, donde hay jardines de infantes y maternales.

Otro lugar que se transforma en un infierno con la salida de los alumnos y alumnas es 16 de 48 a 51, donde hay jardines de infantes, maternales, escuelas primarias y secundarias. La doble fila genera serios inconvenientes en ese lugar céntrico, donde la calle se transforma en un pasadizo peligroso porque es casi imposible evitar el roce con los vehículos estacionados.

Los problemas que se mencionan en el casco urbano también se pueden observar en escuelas de la periferia, tanto públicas como privadas, donde en algunos casos intentan implementar planes especiales para descongestionar el tránsito vehicular.

 

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