Ante un rival tan pobre, quedó la sensación de que faltó atacar

Rey garantizó el punto y Leo Morales volvió a mostrarse atento y eficaz. La sociedad Alemán-Carbonero esta vez se quedó a mitad de camino

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Por MARTÍN MENDINUETA

@firmamendinueta

¿Vale el punto que sumó Gimnasia? ¡Sí! ¿Sirve para continuar afianzando el ciclo que comanda Gorosito? ¡Obvio que también!

Las preguntas del inicio cumplen la función de ordenar el análisis que derivará en el primer diagnóstico de la competencia oficial.

El Lobo, al empatar en Avellaneda, no se ha metido en ningún problema. Es más, el plantel regresará a las prácticas sin caras largas y con la motivación intacta como para preparar la especial prueba ante el equipo que ahora dirige Troglio.

SÓLO SE ESPERABA UN POCO MÁS

Después de un buen mercado de pases, amistosos con resultados convincentes y un discurso siempre ambicioso de su técnico, haber notado que a Gimnasia le faltó convicción y/o audacia para atacar más a un Racing crudo por donde se lo mire, frena el entusiasmo que precede al elogio.

Después de un inicio prometedor, con un par de asistencias muy precisas de Alemán para Carbonero (sigue siendo la gran sociedad futbolística mens sana), en el complemento el equipo retrocedió demasiado y eso dejó muy aislados entre sí al capitán y al temible colombiano.

No haber calibrado los verdaderos contornos de la enorme impotencia del dueño de casa podría tomarse como una falla de su entrenador. La formación de Fernando Gago (“Pintita” ayer no mostró ni un solo rasgo de gran estratega) fue para adelante desnudo de cualquier mérito estético. Con Cardona pretendiendo ser emblema (le falta un montón para conseguirlo), y cambios muy tardíos de su novato entrenador, siempre chocó contra la figura de la cancha.

Rodrigo Rey ayer garantizó el punto tripero y no sólo por haber desviado el penal que ejecutó Correa. El arquero ya es, desde hace bastante, uno de los más rendidores. Ostenta una titularidad blindada y los hinchas reconocen sus virtudes edificadas a partir de la sobriedad.

INSAURRALDE, EL QUE MEJOR ENTRÓ ¿POR QUÉ NO INGRESÓ RAMÍREZ?

Apoyados en una mirada generalizada (que el equipo está para ir por objetivos seductores), llamó la atención que Pipo no apretara el acelerador a fondo en busca de la victoria. Manuel Insaurralde brindó energía y buen manejo en el mediocampo, pero por qué no pensó en hacer ingresar a un atacante rápido como Eric Ramírez para potenciar su apuesta decidida por el contragolpe.

Gimnasia se aferró, demasiado, al indiscutible valor del empate como visitante. Si Gorosito hubiera sido fiel a sus promesas, seguramente habría atacado con más gente.

Rey, impecable. Morales, serio y rendidor. Fratta algo desprolijo, pero sin problemas. Guiffrey estuvo a punto de hacer un gol. Alemán sigue siendo el cerebro talentoso y Carbonero, la llave del éxito que casi gira hacia el lado del delirio.

Tarragona luchó mucho y pesó poco en el área. El paraguayo Sosa sembró alguna tímida ilusión. Y Gerometta, flojo, seguro está preocupado por el probable regreso de Weigandt.

Quedó claro que podría haber buscado más el triunfo.

 

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