Las grandes empresas, el otro gran éxodo de Rusia

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Las entregas de autos se detuvieron, la cerveza dejó de fluir, los buques mercantes dejaron de llegar a puerto y las petroleras cortaron el flujo en sus ductos.

La invasión rusa en Ucrania ha desbaratado planes de negocio y obligado a cada vez más marcas conocidas, desde Apple a Ford o British Petroleum (BP), a salir de un país que se ha convertido en un apestado global, en un esfuerzo de las compañías de mantener su reputación y cumplir sus estándares de responsabilidad corporativa.

Los inversionistas se vieron atraídos a Rusia en busca de jugosos beneficios que creían compensaban los riesgos geopolíticos. Esos cálculos han variado después de que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, iniciara una guerra en Europa que desencadenó una ola de sanciones internacionales y restricciones a las exportaciones que sumieron su economía en el caos e interrumpieron la actividad de corporaciones multinacionales en el país.

“Básicamente Rusia se ha convertido en un paria comercial”, afirmó la economista Mary Lovely, investigadora del Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington. “Básicamente ninguna empresa, ninguna multinacional, quiere quedarse en el lado erróneo de las sanciones estadounidenses y occidentales”.

Las firmas también expresan su preocupación por la situación de los ucranianos, en un indicio de cómo quieren que se los perciba alineados en el lado correcto de la historia.

El interés por marcharse chocó con una orden de Moscú que restringe de forma temporal la venta de activos rusos por parte de inversionistas extranjeros. El primer ministro, Mikhail Mishustin, dijo el martes que ayudaría a los inversionistas a tomar “una decisión considerada” en lugar de sucumbir a la presión política de las sanciones. No estaba claro cómo podría afectar a los esfuerzos corporativos por abandonar Rusia.

Entre las firmas que anunciaron salidas más rápidas y drásticas había empresas de gas y petróleo, que ya se veían presionadas por activistas climáticos para que inviertan en energía renovable.

La energética BP dijo el domingo que abandonaría su participación de 14.000 millones de dólares en la firma estatal de gas y petróleo Rosneft. Shell anunció al día siguiente que dejaría su emprendimiento conjunto con la estatal Gazprom y su implicación en el ahora suspendido gasoducto Nord Stream 2, construido para llevar gas natural a Europa Occidental.

ExxonMobil dijo que saldría de un gran proyecto de gas y petróleo y detendría cualquier nueva inversión en Rusia. Todos sus directores generales expresaron conmoción y tristeza por el conflicto, cada vez más violento. Otras firmas energéticas más pequeñas han seguido su ejemplo.

Firmas en otros sectores como las automotrices Ford, Toyota, Mercedez-Benz, Volvo o la de motocicletas Harley-Davidson decidieron mantenerse fuera del mercado ruso por preocupación por Ucrania o para cumplir las sanciones occidentales. Lo mismo hicieron Nike y las fabricantes de aviones Boeing y Aurbus, entre otras. (AP)

 

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