Chávez fue una joya que ayudó a Pipo cuando se venía la noche
Edición Impresa | 2 de Abril de 2022 | 05:41

Por MARTÍN MENDINUETA
Las dos caras de Gimnasia hicieron que el ánimo popular cambiara drásticamente construyendo, al final de la tarde, una sensación agradable mucho más cercana al alivio que al conformismo.
Néstor Raúl Gorosito, quien no ha conseguido definir completamente la formación “ideal”, se fue anoche del Bosque sabiendo que los hinchas no le dejarán pasar más decisiones sobre el armado del equipo que presenten la silueta de uno o más caprichos. Los silbidos del final del primer tiempo, acompañados por el duro cantito de “poné a los pibes la...”, le marcaron claramente la situación.
Pipo, a quien le sobra experiencia y conoce el paño como pocos, tomó nota. Después de una muy mala primera etapa, donde no generó situaciones claras para convertir, el Lobo empezó a cambiar apartir de una decisión tan valiente como acertada de su entrenador. Sacó a Johan Carbonero, quien parece haber extraviado sus mejores virtudes, y puso a Lautaro Chávez, que le brindó una prestación claramente superior.
EL KARMA DEL VOLANTE CENTRAL ESTÁ LEJOS DE HABER TERMINADO
Ayer volvió a jugar Nery Leyes como único mediocampista puro de contención y no lo hizo en buen nivel. Su amonestación, indiscutible decisión del árbitro, instaló el pronóstico de que era firme candidato a irse expulsado. Lo disciplinario, sumado a su casi nula efectividad en la marca, empujaron su relevo por Agustín Cardozo.
¿Quién será el cinco en Tucumán? Leyes jugó flojo y Cardozo, aún sin brillar, dejó una mejor imagen
¿Quién jugará la próxima fecha? Con Pipo nunca se sabe, pero en la rotación permanente que caracteriza a la función, le correspondería el turno al ex-Tigre.
Bajo ningún punto de vista es saludable que no se sepa quién es el volante central titular. Es extraño que un puesto tan importante todavía no tenga “dueño”.
TARRAGONA YA DEMOSTRÓ QUE SU INCORPORACIÓN FUE UN ACIERTO
El nueve no está en ningún debate.
Sin importarle el apellido de su compañero de ataque, el ex-Patronato y Vélez jamás integra la lista de los problemas por resolver.
Párrafo aparte para la desfachatez de Benjamín Domínguez. Los hinchas lo quieren porque el pibito demuestra morirse de ganas por defender la camiseta. Su inagotable atrevimiento lo llevó a querer patear el penal. Gorosito lo retó en la conferencia de prensa y resulta atinado coincidir en que debe ir subiendo los peldaños de a uno, sin apurarse tanto.
Gimnasia superó el escollo de su propia irregularidad. Empezó mal y terminó bien. Está claro que deberá seguir buscando una identidad más confiable.
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