El Lobo mejoró aunque deberá buscar variantes
Edición Impresa | 18 de Julio de 2022 | 04:15

“Casi siempre terminamos por afuera, es muy poco los que podemos definir por adentro. Tenemos que mejorar eso”. Las palabras de Gorosito parecen un “palo” para Franco Soldano y lejos están de serlo. Es, simplemente, la verbalización de uno de los problemas que tiene Gimnasia en ofensiva. Además, claro está, de haber perdido a un jugador distinto como Tarragona.
Gimnasia mereció ganarle a Colón. No solo eso, su actuación colectiva fue superior a la de las últimas fechas. Ni en las victorias frente a Rosario Central y Defensa por el campeonato ni en el triunfo frente a Flandria por la Copa Argentina el equipo logró continuidad en el juego ni cantidad y calidad de llegadas. No fue un dechado de virtudes, pero el balance general no debe estar influido por el resultado.
Eso sí, tiene cierto apresuramiento a la hora de buscar el espacio en los últimos metros del campo de juego. La falta de precisión en el último pase tampoco ayuda a que el equipo tenga buenas opciones de pase. Más allá de que hay decisiones que no son las mejores, Gimnasia parece necesitar una vuelta de tuerca para alimentar a Franco Soldano de otra manera. Buen cabeceador y con poca participación en los circuitos de juego, el Lobo necesita romper por afuera pero terminar por adentro. En el primer tiempo del sábado lo intentó, con los desbordes de Guillermo Enrique por la derecha.
El despliegue de Soldano, solidario con sus compañeros a la hora de presionar la salida e intentar recuperar la pelota, le permite tener el crédito abierto. Los mayores cuestionamientos que recibe tienen que ver con un despliegue que no se traduce en posibilidades de gol. El ideal para Soldano es el segundo gol frente a Flandria, cuando un buen centro le permitió explotar una de sus virtudes, el juego aéreo.
Con la lupa puesta en el ataque del equipo por los dos partidos sin convertir goles, es buen momento para repasar que tiene Gorosito a mano. Alexis Domínguez jugó un puñado de minutos frente a Colón en su regreso a primera división después de 10 meses de inactividad por su lesión ligamentaria. Nicolás Contín, en quien el DT tiene muchas esperanzas, está en ese camino para meter banco de suplentes en cualquier momento. El paraguayo Sosa también puede ser una opción para aprovechar su pique contra la línea de los defensores rivales, aunque no como delantero referencial. Ahora bien, ¿es cuestión de nombres?
En un imaginario pan y queso de potrero en el que se eligen primero los mejores, Brahian Alemán, Cristian Tarragona y Johan Carbonero eran los mejores jugadores de campo. En el orden que cada uno quiera, eran los futbolistas que marcaban una diferencia. Hoy, Gimnasia perdió a dos de ellos. Para un torneo largo e intenso, es mucho. Demasiado quizá. Las variantes que podrá pensar Pipo no solamente saldrán de este plantel sin refuerzos; deberán ser meditadas porque el Tripero no está para descartar a nadie.
En ese sentido, también los hinchas tendrán que tener paciencia. Valga el ejemplo de Brahian Alemán, que para muchos no tuvo un buen partido. Sin embargo, en el análisis fino de su actuación, dejó mano a mano con el arquero a Eric Ramírez y a Ramón Sosa. Por eso, aún discontinuo o fastidioso, es el futbolista del que depende el Lobo. La jerarquía, a fin de cuentas, siempre manda. Y, como ahora, a veces falta.
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