Justificada inquietud por un aumento de casos de Covid en las últimas cinco semanas

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Luego del marcado descenso registrado a fines del año pasado y a principios de 2022, la pandemia de coronavirus volvió a experimentar un crecimiento de casos en las últimas cinco semanas, en una situación que si bien no es crítica está empezando a preocupar en el ámbito sanitario de nuestro país.

Como se ha dicho en otras ocasiones, la sociedad debiera tomar nota de la necesidad de no bajar la guardia frente al Covid-19, ya que no son pocas las personas que así lo están haciendo. Sea por distensión u otras causas, la toma de esa actitud no sería prudente.

Un nuevo informe del ministerio de Salud nacional confirmó este domingo que se ha experimentado un crecimiento del 26 por ciento en los hisopados que se realizaron y que en cuanto a las pérdidas de vida por coronavirus el incremento fue de casi el 20 por ciento en relación a semanas anteriores.

Existen, por cierto otras referencias que no deben dejar de ser consideradas, como la que informó sobre una ocupación de camas UTI del 43,9 por ciento en todo el país, lo cual no habla de un bajo porcentaje. En la actualidad hay 464 personas internadas en terapia intensiva, se indicó desde la cartera de Salud.

Se sabe que la pandemia afecta de distintas formas de acuerdo al organismo de cada persona, aunque en la actualidad la mayoría de quienes lo contraen –en lo que resulta ser uno de los cambios más positivos con respecto a los períodos críticos atravesados en 2020 y el año pasado- presentan síntomas de intensidad leve o moderada y la gran mayoría se recupera sin necesidad de hospitalización.

No obstante ello, sigue siendo decisivo que la sociedad no baje la guardia frente al Covid-19. Aún cuando se haya avanzado en los programas de vacunación, sigue siendo decisiva la responsabilidad de las personas, en el sentido de que cumplan con las recomendaciones sanitarias básicas, como son el uso del barbijo, el respeto al distanciamiento social, la ventilación de ambientes y el cumplimiento de las normas de higiene fijadas en todos los protocolos.

Se ha dicho desde que se inició la pandemia que tanto los gobiernos, como los equipos médicos y las propias poblaciones se vieron de pronto obligados a escribir sobre un libro en blanco, ante la aparición de un virus sobre el cual nada se sabía.

La situación varió no sólo cuando se avanzó en un mayor conocimiento científico del coronavirus, sino también cuando la población tomó conciencia, por ejemplo, de la importancia en realizarse testeos. Se sostuvo siempre que, junto al cumplimiento de los planes de vacunación, era esencial y lo sigue siendo expandir el número de testeos, aun cuando las áreas del Estado responsables exhibieron grandes deficiencias en este tema.

Los testeos son vitales para contener a la pandemia, ya que permiten diagnosticar con rapidez la presencia del virus, sobre todo en los pacientes asintomáticos, y controlar de esa manera la llamada curva de contagios. Esas pruebas permiten aislar rápidamente a los casos positivos y resultan ser de fundamental importancia para guiar las decisiones sanitarias.

Pero, como se ha dicho, la responsabilidad de las personas en el cumplimiento de las pautas sanitarias establecidas constituye hoy una prioridad insoslayable. Mantener en vigencia las muy conocidas medidas de prevención sigue siendo la actitud más prudente y recomendable.

 

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