VIDEO. Boca eliminó a Quilmes en un partidazo y se metió en semis
Edición Impresa | 29 de Septiembre de 2022 | 02:47

Boca se clasificó anoche para disputar las semifinales de la Copa Argentina, al superar por 3-2 a Quilmes, en un verdadero partidazo. De esta forma, el Xeneize se medirá en la próxima instancia a Patronato, que eliminó a River por penales.
La noche en Mendoza comenzó a pura emoción. Por lo que significa la presencia de Boca en el interior del país y por lo que genera dentro y fuera de la cancha. Sin embargo, fue Quilmes el que enmudeció el Malvinas Argentinas, ni bien el partido transitaba por los primeros minutos. En la primera llegada clara, Julián Bonetto “enloqueció” a los hinchas “Cerveceros”, con un zurdazo alto dejando sin chances a Javier García. Golazo y primer llamado de alerta para un Boca que había arrancado dormido. Iban apenas 5 minutos de juego.
Pero el Xeneize avisó dos minutos después con un bombazo del paraguayo Oscar Romero que se fue desviado. Hasta que a los 7, llegó el empate. Centro desde la izquierda, Benedetto (16 gritos en 111 partidos oficiales con la camiseta de Boca) que la paró de pecho y con el empeine derecho la cruzó ante la salida del arquero “cervecero”. Empate y delirio en las tribunas.
El partido no dio respiro. Se hizo de ida y vuelta y con mucho vértigo. Boca manejó la pelota y atacó cuando se lo propuso. Quilmes, buscó siempre el error ajeno para intentar imponer sus armas.
A los 16, Esteban Glellel, arquero quilmeño, le sacó un cabezazo de gol al pibe Medina. Y dos minutos más tarde, una equivocación de Roncaglia permitió que Bonetto entrara al área y sacara un disparo cruzado que se fue besando el poste derecho.
El control de la pelota fue siempre de Boca. Pero Quilmes se las ingenió para recuperar rápido y salir de contra. Y en un par de ocasiones puso en aprietos a Javier García.
Lo mismo ocurrió en el arco de enfrente. Cada vez que Boca encontró espacios para generar juego (buen trabajo de Medina y Romero), lastimó y hasta pudo convertir un gol más. Pero en el mejor momento de Quilmes, y cuando más lo había buscado, apareció una corrida de Sández por izquierda, el centro pasado para que el pibe Gonzalo Morales tuviera su bautismo de gol. Iban 33.
El “Cervecero”, a pesar de encontrarse en desventaja, mantuvo siempre su libreto, y con la convicción de sus volantes (en especial de Colman y López), le jugó de igual a igual a un Boca letal en el área de enfrente, pero dubitativo y errático en la propia. Y los errores en la última línea fueron una constante. Por eso Quilmes dispuso de no menos de cuatro situaciones propicias para marcar, pero en todas ellas, García lo impidió.
Los de Walter Coyette se fueron al descanso en desventaja, aunque la realidad hubiese sido otra.
El inicio del segundo tiempo no tuvo la misma intensidad que el primero. Quilmes se resguardó mejor del medio hacia atrás y volvió a responder de contra. Mientras que Boca salió decidido a liquidar el pleito.
Y así fue. Ibarra movió el banco y mandó a la cancha al pibe Langoni. Y en la primera que tocó, facturó. Fue a los 14. Excelente jugada por izquierda de Medina; habilitación para el Toro Morales, el remate cruzado que tapa a media el arquero y Langoni que llega para empujarla.
Pero Quilmes jamás se dio por vencido. Mariano Pavone, que había ingresado Federico González, descontó a los 19, poniendo el partido otra vez al “rojo vivo”.
Después, vendría la interrupción del partido por espacio de 18 minutos, debido a que los hinchas del Cervecero comenzaron a arrojar piedras a los plateístas de Boca y destrozar las butacas. Inclusive, en la pedrada, fue herido en la cabeza el jefe de seguridad de Quilmes.
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