Sin esquema que valga, el Ruso cambió una y otra vez

Por ANDRES BENITEZ NELLA

abenitez@eldia.com

Si bien el plan inicial de Estudiantes fue apostar a una línea de tres con el regreso de Jorge Morel, quien acompañó a Fabián Noguera y Nehuen Paz en la zaga central, el entrenador cambió todo sobre marcha por los problemas en el retroceso que tuvo el equipo. Godoy, más recostado como volante que lateral, tuvo que bajar demasiado en los primeros 25 minutos, debido al dos contra uno que le hicieron al paraguayo, Ayrton Costa y Vicente Taborda. El Calamar generó varias chances de peligro de la mano de Zárate, que generaron el malestar de Zielinski y provocaron su decisión de cambiar la idea principal. Ante esto, el Ruso ubicó una línea de cuatro, con el fin de que el Pincha sea más sólido acercando líneas. El objetivo lo consiguió, ya que Estudiantes pasó a ser un equipo más compacto pero sin demasiada iniciativa de juego.

La modificación táctica hizo que le corte el circuito de juego a Platense y hasta por momentos le otorgue mayor tenencia de pelota, con la colocación de Morel junto a Zuqui en el mediocampo. El Pincha generó una chance clara con Boselli, luego de una buena combinación del volante mendocino con Heredia; mientras que después se mostró activo por las bandas, con Rollheiser y Castro. Sin embargo, el equipo se diluyó con el correr de los minutos y Zielinski volvió a cambiar una vez más sobre la marcha al cierre del primer tiempo. Decidió regresar a la línea de tres por no quedó conforme con la labor ofensiva, colocando a Morel como zaguero y haciendo retroceder a Heredia, cerquita de Zuqui. Apostó nuevamente al plan inicial también, porque Platense no fue el mismo, ya que bajó la intensidad y perdió la precisión.

En el complemento, el técnico cambió y mandó a la cancha a Luciano Lollo en lugar de Leonardo Heredia, manteniendo el esquema de cinco defensores. El paraguayo volvió al mediocampo, para ayudar en la creación de juego a Zuqui. El Pincha se mostró mejor posicionado con esa variante, provocando que el juego sea más aguerrido. Si bien no tuvo tanta elaboración, apostó al juego directo y se mostró peligroso de pelota parada, donde tuvo un cabezazo claro de Noguera en el palo tras un córner. Después se fue pinchando y nuevamente el Ruso metió mano, sacando a Godoy y poniendo a Castro como lateral derecho. Sin embargo, Estudiantes no cambió su labor, se mostró partido e incluso bastante inconexo, sin tener demasiadas ideas claras. La impotencia se apoderó del equipo, que se cargó de algunas amarillas por fuertes infracciones. Terminó con anemia ofensiva y llegado el cierre de encuentro, se fue conformando con el punto en un reducto difícil. En una jugada aislada, casi lo gana de la mano de Castro, pero no le alcanzó para romper el cero.