Música, comida y unión trasandina en la Fiesta Nacional del Chivo

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En el día de ayer, comenzó en la ciudad mendocina de Malargüe la Fiesta Nacional del Chivo. No se trata de una festividad más de las muchas que proliferan en el verano en el país, sino que esta cuenta con una particularidad: reúne entre su público a visitantes argentinos y chilenos.

La fiesta se extenderá hasta el próximo domingo de febrero con jornadas en las que habrá charlas para productores, presentaciones musicales, jineteadas, degustaciones y concursos de cocina con la carne de chivito como ingrediente principal de las preparaciones.

Con entrada libre y gratuita desde el gobierno local expresaron que esperan la llegada de entre 40 mil y 50 mil personas a lo largo de toda la semana.

El cronograma de los festejos

El sábado por la noche, durante la primera jornada, tuvo lugar el “chivo rock”, en el que el que pasaron por el escenario las mejores bandas de rock de la región.

Este domingo 29 el itinerario continúa con la Bendición de los Frutos y Vía Blanca de las Reinas, mientras que el martes 31 se llevará a cabo la Vendimia departamental en la que se coronará a la reina de la temporada 2023.

Finalmente a partir del 1 de febrero comenzarán las actividades pertenecientes netamente a la Fiesta Nacional del Chivo, que termina el domingo 5 con las presentaciones de destrezas criollas, jineteadas, concursos gastronómicos y Expo Caprina.

El certamen de cocina de chivito será una de las atracciones principales de la semana, en el que los cocineros aficionados o profesionales competirán por un premio de 50 mil pesos. También serán condecorados el segundo y tercer puesto con 25 y 15 mil pesos respectivamente.

La idea es que los chefs experimenten e incursionen en nuevas recetas que permitan demostrar la versatilidad del producto insignia del departamento.

En cuanto a la parte musical del festival, además de artistas locales contarán con la presencia de músicos con reconocimiento nacional como el Chaqueño Palavecino, Los Caligaris y Pimpinela.

Pero a pesar de todas las actividades lo que prima son las costumbres de la zona, “acá rendimos homenaje a la trashumancia. Nuestros chivos son criados con procesos naturales, de invernadas y veranadas, con mucho trabajo y dedicación, y por eso son de calidad inmejorable. Y es una de las fiestas más grandes del oeste no sólo por la cantidad de gente que convoca sino también por la calidez y el sentir de amistad del malargüino”, sostuvieron desde la municipalidad de Malargüe.

 

 

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