VIDEO. El triunfo más importante del ciclo para soñar de nuevo
Edición Impresa | 14 de Octubre de 2023 | 03:42

Por MARTIN CABRERA
ROSARIO
Enviado especial
Alegría, desahogo e ilusión. Así se fue Estudiantes de Rosario, luego de conseguir la clasificación a las semifinales de la Copa Argentina, y atrás el estigma en esta competencia y enterrar una racha negra que lo perseguía en los cuartos de final. Con total justicia derrotó 2-0 a Huracán y espera por Boca o Talleres para saber si podrá estar en una gran definición en este 2023.
Además de romper todas esas rachas y recuperar su horizonte, dejó atrás una semana complicada y despejó todas las dudas que podían existir respecto a la continuidad de Eduardo Domínguez, que al igual que sus jugadores se volvió a La Plata con el pecho inflado.
LEA TAMBIÉN
En el primer tiempo Estudiantes sacó diferencias. Se fue al descanso dos goles arriba pero bien pudo ser mayor porque llegó muchísimo hasta el arco rival pero falló en la puntada final, en el pase o en el remate. Se aprovechó del mediocampo sin marca de Huracán para lastimar cada vez que se lo propuso.
Franco Zapiola por izquierda y Leo Godoy en la derecha atacaron y pasaron al ataque sistemáticamente. Estudiantes encontró por las bandas la manera de pasar al campo enemigo y pisar el área. Más de diez veces llegó hasta el fondo de la cancha generándose la posibilidad de gol, pero no tuvo lucidez, por falta de un delantero de área pero también por una confianza que se esfumó.
De todos modos fueron tantos los errores que cometió la defensa del Globo que así llegó el primer gol de la tarde. Centro desde la derecha, cabezazo de Ezequiel Muñoz y en contra Lucas Souto que se llevó la pelota al querer salir del área chica. De esta manera el Pincha rompió con un maleficio de varios partidos y se desahogó con el festejo.
Todo Estudiantes, con el cheque en mano, celebra la victoria sobre Huracán y la clasificación para las semifinales de Copa Argentina / Fotobaires
Siguió mejor Estudiantes, pese a que se retrasó unos metros y esperó los espacios para contragolpear. Bien José Sosa, siguió veloz Godoy y tuvo a Rollheiser con momentos de conexión como en los buenos momentos. Con transiciones cortas y siendo más vertical que en otros partidos, atacó y llegó hasta el arco de enfrente.
Lo desperdició Zapiola dos veces (la más clara un mano a mano que definió un segundo tarde y la tapó el arquero), otra el Principito y también el “10”. Hasta que sobre el final llegó un centro desde la derecha para que Mauro Méndez cabeceara débil al medio del área, pero para su fortuna y la del equipo apareció Ascacibar, que con otro cabezazo clavó el 2-0. El Estudiantes de tiempo atrás se dio una vuelta por el Parque Independencia para una ventaja parcial y el regreso de buenas sensaciones: el de meses atrás, tal vez, hubiera anotado algún gol más atendiendo las veces que llegó hasta el arco.
Huracán manejó la pelota con los hermanos Soñora y con Fattori, como único de contención y de juego. Lateralizó y buscó el pase filtrado para dejar a uno suyo mano a mano con Andújar. Salvo el cabezazo de Pussetto (pareció falta a Núñez), no tuvo una sola clara de gol pero sí muchas buenas intenciones. Por eso el pedido de sus hinchas cuando el equipo se fue al vestuario en el entretiempo.
Ascacibar, Muñoz y Sosa, en el orden que gusten, fueron las figuras del equipo
Pese a los cambios y al relax con el que jugó Estudiantes, el Globo no pudo torcer el rumbo del partido, que no tuvo emociones en los primeros 20 minutos. Por lo pronto Eduardo Domínguez se cansó y para no pasar sobresaltos mandó al campo a Zaid Romero y formar así una línea de tres centrales. Pero ya sin Zapiola y con Godoy cansado, no tuvo proyección ni llegadas por las bandas. Fue una manera de poner el partido en el freezer, pero con el riesgo latente de recibir un gol y que en un abrir y cerrar de ojos el andar cambiase. Luego, directamente, lo quiso enterrar por completo con el cambio de Fernando Zuqui por Rollheiser.
El Pincha perdió la pelota por completo. No la pasó mal porque su rival no tuvo ideas y pocas ganas de buscarlas. Pero se encerró en un lugar cómodo pero peligroso: un error o un acierto de su rival le cambiaba el panorama de manera radical.
El equipo platense se empezó a quedar sin piernas y eso lo fue perjudicando. Huracán recién en los últimos 10 minutos se lo llevó un poco por delante, pero pareció ser más por el quedo Pincha que otra cosa. Igual es cierto que salvo un cabezazo a falta de siete minutos nunca generó peligro a Mariano Andújar, porque siempre quiso lateralizar y buscar una fisura que no tuvo la defensa, con un enorme Ezequiel Muñoz y un correctísimo Núñez. En el complemento fueron ellos junto a Santiago Ascacibar los que bancaron la parada.
Estudiantes en el balance fue mucho más que Huracán y más allá de ceder la pelota no pasó sobresaltos. Justo vencedor del partido y justo semifinalista. Ahora sí, con este juego y la recuperación de jugadores lesionados se puede ilusionar con un cierre de año acorde a lo que transitado en buena parte. Estudiantes es semifinalista y tiene motivos para estar feliz.
LEA TAMBIÉN
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE