Sin hechos de violencia, pero con un par de situaciones que le escaparon al operativo

Una bandera con el número “7” que no debió ingresar, las bengalas al arquero de Gimnasia y otras reacciones, de jugadores y del público

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Pasan cosas en el clásico platense, muchísimas, y algunas de ellas van más allá de las consideradas aceptables en el marco del “folklore” que rodea al fútbol en general y en particular un Estudiantes-Gimnasia, como el que se disputó en UNO y finalizó igualado sin anotaciones.

Entre esos episodios que los encargados de la diagramación del operativo de seguridad hacen lo posible por evitar se destacó esta vez una bandera de grandes proporciones, con el número “7”, que en una tribuna se mostró durante el minuto 7, con el respaldo de bombas de estruendo que explotaron afuera del estadio.

Este tipo de manifestación, por parte de los seguidores del Pincha, está prohibido especialmente por los organismos a cargo de la seguridad, y esta vez se les escapó el ingreso de ese “trapo” al estadio.

A propósito del operativo dispuesto en la cancha de Estudiantes y en puntos estratégicos de la ciudad, para garantizar la seguridad, no había registrado episodios de violencia para destacar, al menos hasta el cierre de la presente edición, y un único antecedente se remontaba a la tarde del sábado, en Romero, la vuelta de un banderazo Tripero.

Fuentes de la Aprevide, responsable a cargo de la gestión policial, destacaron el compromiso asumido por los presidentes de ambos clubes en una reunión mantenida en la previa, donde se consensuaron las normas de trabajo para que se viviera un clásico en paz.

Por Twitter, hubo una denuncia, que no se confirmó, sobre daños a los neumáticos de automóviles estacionados sobre la avenida 1, entre 56 y 62.

También representó una crítica para los responsables de la organización la presencia en las tribunas de bengalas que cayeron dentro del área que el arquero de Gimnasia, Tomás Durso, ocupó en el segundo tiempo, la del arco que da espalda a la calle 57, y significó una postergación en el reinicio del juego. Obviamente que los controles fallaron, porque nadie podía ingresar por los accesos habilitados con elementos de pirotecnia.

Prendas blancas con la letra B en el pecho y caretas alusivas a lo que significa el descenso en nuestro fútbol también aparecieron durante el clásico en las tribunas de Estudiantes, esas que sostuvieron a la multitud que justificó la trascendencia de nuestro clásico a nivel nacional.

A propósito de esto, la gente, de ambos clubes, con su fervor, posicionó mejor a este aburrido empate 0 a 0 de Estudiantes-Gimnasia que los propios jugadores, y en este marco se destacó la movilización de los Triperos a Estancia Chica, así las pantallas gigantes habilitadas para seguir el encuentro, y el recibimiento del Pincha en UNO, con la colorida fiesta que resultó el ingreso del equipo a la cancha.

En el final, después del último pitazo de Fernando Echenique, hubo gestos de Tomás Durso al público local, con la reacción de Mauro Méndez, que lo cruzó, y un gesto de Matías Abaldo acusando de “frío” al estadio, y en lo que tiene que ver con la última reacción del público de Estudiantes tras el empate, se escucharon, mezclados, murmullos, algunos silbidos y aplausos, que fueron tapados en forma inmediata por un fuerte “se van para la B, se van para la B”, destinado obviamente a Gimnasia por su actualidad en la tabla Anual.

 

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