La nueva: estar feliz como una oveja en Nueva Zelanda

Edición Impresa

Música clásica, colchones mullidos y el ritmo lento y suave de una esquiladora de lana: bienvenidos a la granja de Nueva Zelanda que probablemente críe a las ovejas más mimadas del mundo. Allí no hay esquiladores toscos que maltratan al rebaño mientras lo despojan de su vellón en ruidosos y abarrotados cobertizos. Los propietarios Geoff y Justine Ross abogan por un trato más amable y defienden el sutil arte del “esquilado lento”. En el cobertizo resuenan las melodías de Debussy, Vivaldi y Mozart mientras los equiladores sacan a las ovejas de sus corrales para recortar su gruesa lana con lentos y metódicos golpes de maquinilla. Los esquiladores cobran según la experiencia del animal: el estrés, los golpes y los cortes pueden llevar a salarios más bajos. Una vez peladas, las ovejas son conducidas a una rampa que las lleva a un corral de retención, donde aterrizan sobre un colchón blando y no sobre grava.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE