VIDEO. Pánico, desesperación y angustia: “Pensamos que era el apocalipsis”

En Turquía, la potencia del terremoto se sintió con fuerza en Diyarbakir y zonas cercanas, donde varios edificios se derrumbaron. Tulin Akkaya se despertó de golpe, y una segunda sacudida la hizo salir corriendo a la calle. “Me asusté mucho, sentí la réplica muy fuerte porque vivo en el último piso”, dijo esta ama de casa de 30 años, residente en la mencionada ciudad en el sureste del país, que alberga a muchos de los millones de personas que han huido de la guerra y la pobreza en la vecina Siria. El sismo golpeó una zona remota y poco desarrollada. La mayor parte de la región se quedó sin gas ni luz.

“Es una zona sísmica, así que estoy acostumbrada a las sacudidas”, declaró por su parte la reportera Melisa Salman, que vive en Kahramanmaras, epicentro del sismo, a unos 60 km de la frontera siria.

“Pero es la primera vez que vivimos algo así”, dijo esta joven de 23 años. “Pensamos que era el apocalipsis”. “Pasamos la madrugada en la calle soportando la lluvia y el frío, y nadie se atreve a volver a sus casas por miedo a nuevas réplicas”, agregó.

En tanto, en Siria, una de las más golpeadas fue la noroccidental ciudad de Alepo, donde se derrumbaron muchos edificios, según contó Sako, un vecino de esta localidad considerada la capital comercial del país árabe.

“Estábamos durmiendo y de pronto toda la casa comenzó a temblar, vivo en un tercer piso y parecía que se estaba quebrando. Salí corriendo de la cama, agarré a mi familia y nos apuramos hacia el auto; condujimos hacia el área de Villat, donde hay un descampado sin edificios, y nos quedamos allí toda la noche”, relató.

En su huida, el hombre pudo comprobar que los inmuebles de su zona habían sufrido en general daños leves, al igual que el suyo, pero otras áreas de la ciudad no corrieron la misma suerte.

“Fue terrible. Juro que el temblor duró tanto que pensé que el suelo se iba a abrir y tragarnos”

“Pasé por el Zoco Al Hal y muchos edificios se habían derrumbado, gracias a Dios que sobrevivimos. En las calles hay piedras rotas caídas de los edificios”, explicó Sako, al agregar que tres personas que conocía murieron en un edificio cercano a su casa. “El terremoto se los llevó, ¿qué podemos hacer?”, lamentó Sako con la resignación de quien ha vivido casi doce años de guerra en Siria.

Alepo, capital de la provincia homónima y una de las urbes más populosas de Siria, fue escenario de una larga pugna entre las fuerzas gubernamentales sirias y los rebeldes entre 2012 y 2016, cuando fue retomada por Damasco.

Otra vecina de Alepo relató una vivencia muy similar a la de Sako, y explicó que el temblor los sorprendió a oscuras, en medio del racionamiento de electricidad que se aplica en Siria debido a la escasez de combustible. “Dije ‘Por favor, Señor, sálvanos, protégenos’. Nos pusimos nerviosos y no sabíamos que hacer”, relató. “Juro que duró tanto que pensé que el suelo se iba a abrir y tragarnos. Si hubiese durado unos segundos más, yo creo que estaríamos muertos”, comentó la testigo, que pudo salvarse junto a su familia.