Carlos III, el “moderno”: óleo vegano para ungir al rey

Si bien la entronización estará marcada por el lujo y tradiciones de una ceremonia que data del siglo X, habrá “toques aggiornados” en la vestimenta y en una de las carrozas

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La coronación de Carlos III, el 6 de mayo en Londres, estará marcada por la pompa y las tradiciones de una ceremonia que data del siglo X. Pero aunque el ritual sea fundamental, el nuevo rey está determinado a hacerlo más “moderno”.

Cada día se van revelando nuevos detalles de lo que será la gran entronización del siglo XXI.

Por de pronto, se sabe que la lista de invitados es, dentro de todo, reducida, ya que unos 2.000 invitados llenarán la Abadía de Westminster el 6 de mayo, frente a los 8.000 que asistieron a la coronación de la difunta reina Isabel II en 1953.

Los organizadores tuvieron que construir por entonces unas gradas especiales para acomodar a tantas personas.

Esta reducción del número de invitados es paralela al objetivo declarado de Carlos III de “limitar” el número de miembros oficiales de la familia real, achicándolo a los siete claves, incluida su esposa, su hijo mayor y nuera y los tres hijos de éstos. La duración de la ceremonia también se verá reducida: de las casi tres horas de 1953 a poco más de una en 2023.

CAMBIOS EN LA VESTIMENTA

También se especula con cambios en los códigos de vestimenta. Mientras que en la coronación de Isabel II, casi todas las mujeres de la realeza y las aristócratas llevaban diademas, ahora se especula con la posibilidad de que se opte por un atuendo más moderno con sombreros para todas las invitadas, salvo las de mayor rango.

Un número limitado de plazas para diputados y miembros de la cámara alta del Parlamento, conocida como la Cámara de los Lores, se asignarán por votación entre todos los partidos políticos.

En 1953, más de 800 diputados y 900 lores -incluidos duques, condes, barones y otras personas con un escaño vitalicio por haber heredado un título nobiliario- asistieron vestidos con largas togas de terciopelo escarlata.

El aspecto hereditario de la cámara alta británica se reformó en 1999 y en esta ocasión se dio la consigna a sus miembros de no vestir estos atuendos. Esta vez podrán optar en su lugar por la indumentaria ceremonial utilizada para la apertura de las sesiones parlamentarias o por simples trajes.

CORONA RECICLADA

La reina Camila será investida con una corona que fue fabricada en 1911 para la reina María, bisabuela de Carlos III. Será la primera reina consorte en casi tres siglos que modifica una corona ya existente en lugar de encargar una nueva.

En tanto, el óleo utilizado para ungir a la monarca será vegano. En anteriores unciones se utilizó ámbar gris procedente de intestinos de ballena. El aceite consagrado que se usará para la ceremonia de Carlos III no contendrá elementos animales y será aceite de oliva perfumado con jazmín, rosa, sésamo, canela y azahar entre otras esencias.

Por otra parte, por primera vez en la historia, entre los alumnos becados, conocidos como King’s Scholars, de la exclusiva Westminster School que participan en la ceremonia, habrá también niñas. En 1953, esa escuela del centro de Londres era sólo de varones. Todos aclamarán al monarca con gritos de “Vivat Rex Carolus!” (”¡Viva el rey Carlos!”).

CARROZA MÁS CÓMODA

Isabel II viajó a la ida y la vuelta de la ceremonia de coronación en la fastuosa pero muy incómoda carroza de oro, de 260 años de antigüedad. Carlos y Camila sólo la utilizarán para el trayecto de vuelta.

Para el viaje de ida optaron por la más moderna carroza del jubileo de diamante, dotada de amortiguadores, calefacción y aire acondicionado. También tomarán una ruta mucho más corta, de 2 km, en lugar de los más de 7 km, con dos horas de duración, que realizó Isabel II para que más personas tuvieran la posibilidad de verla pasar.

MENOS MILITARES

Frente a los 29.000 miembros de las fuerzas armadas que participaron en la procesión en 1953, el desfile de regreso al Palacio de Buckingham de Carlos III será un evento reducido. Poco menos de 4.000 militares en uniforme de gala, incluidas las bandas musicales, los acompañarán a él y a la reina Camila.

Otro detalle que se conoció la semana pasada es que la procesión de la coronación de Carlos III camino a la Abadía de Westminster estará encabezada por la llamada Cruz de Gales, que incluye esquirlas religiosas procedentes de la auténtica cruz en la que supuestamente fue crucificado Jesucristo y que el papa Francisco regaló al monarca británico. Así lo confirmó la Iglesia de Gales en un comunicado. Según fuentes vaticanas, la Santa Sede donó al Reino Unido dos fragmentos de la reliquia de la verdadera cruz como “signo ecuménico”.

Hasta ese momento, se conservaban en la sala Lipsanoteca de los Museos Vaticanos.

La Cruz de Gales lleva inscriptas palabras extraídas del último sermón pronunciado por San David y fue bendecida por el Arzobispo de Gales, Andrew John, en la Iglesia de la Sagrada Trinidad, en Llandudno (Gales).

La Cruz de Gales fue encargada por el propio Carlos III cuando aún era príncipe de Gales con motivo de la celebración en 2020 del centenario de la Iglesia galesa.

Diseñada y fabricada por Michael Lloyd, en consulta con la Colección Real, está hecha de lingotes de plata reciclada, suministrados por la fábrica Royal Mint, en Llantrisant, de madera y pizarra.

La inscripción grabada en la cruz, procedente del sermón de San David, figura en el reverso de esta en el idioma galés y su traducción sería: “Sé alegre. Mantén la fe. Haz pequeñas cosas”.

Tras la coronación, la cruz será recibida oficialmente por la Iglesia de Gales en un servicio religioso y será compartida entre las Iglesias anglicana y católica de la región.

Tazas de porcelana que se usarán el día de la coronación / AP

 

 

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