“Putin mató a mi marido”: el dolor de la viuda de Navalny
Edición Impresa | 20 de Febrero de 2024 | 02:17

La viuda de Alexei Navalny, Yulia Navalnaya, acusó ayer al presidente ruso Vladimir Putin de matar a su marido y prometió que seguirá luchando por la “libertad” de su país, tres días después de la muerte del opositor.
En un video publicado en redes sociales, Navalnaya, con la voz a veces entrecortada por la emoción, habló de la vida y el sufrimiento de su marido, y aseguró que tomará su relevo.
“Hace tres días, Vladimir Putin mató a mi marido, Alexei Navaln. Putin mató al padre de mis hijos. (...) Con él, quiso matar nuestro espíritu, nuestra libertad, nuestro futuro”, afirmó.
“A mi marido no lo pudieron quebrar, por eso Putin lo mató”, señaló la mujer, añadiendo que Alexei fue “maltratado, aislado del mundo” y “aun así no se rindió”.
El opositor ruso y principal adversario del presidente Putin murió a los 47 años en una cárcel del Ártico en Yamalia-Nenetsia, donde cumplía una pena de 19 años.
“CONTINUARÉ SU TRABAJO”
“Continuaré el trabajo de Alexei Navalny. Continuaré por nuestro país, con ustedes. Les pido a todos que estén a mi lado (...). No es una vergüenza hacer poco, es una vergüenza no hacer nada, es una vergüenza dejarse atemorizar”, declaró.
Navalnaya pidió unidad “para golpear a Putin, a sus amigos, a los matones con charreteras, a los cortesanos y a los asesinos que quieren paralizar” Rusia, y prometió averiguar “quien llevó a cabo este crimen” y en qué circunstancias.
La viuda de Navalny fue ampliamente aplaudida en Bruselas, durante su breve alocución en una reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE).
En Washington, el presidente estadounidense, Joe Biden, anunció que estaba estudiando la posibilidad de imponer más sanciones a Rusia.
Desde hace tres días, los familiares de Navalny, que acusan al Kremlin de haberlo asesinado y de querer ocultar las huellas de sus acciones, intentan poder ver sus restos.
La portavoz del opositor, Kira Yarmish, indicó que su madre, Liudmila Navalnaya, no fue “autorizada” a entrar en la morgue donde supuestamente está el cadáver en Salejard, la capital regional a unos cincuenta kilómetros de la prisión donde las autoridades afirman que murió Navalny.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se limitó a indicar que la investigación “sigue en curso”.
Según Yarmish, los investigadores rusos examinarán al cuerpo durante al menos “14 días”.
“Este ‘análisis clínico’ de 14 días es una burda mentira y una burla”, señaló en un comunicado en la red social X.
Según Evgeni Smirnov, abogado de la ONG especializada Pervy Otdel, los investigadores pueden retener legalmente hasta 30 días el cadáver de una persona muerta en prisión.
Pero, incluso después de este período, las autoridades pueden decidir abrir una investigación criminal y conservar los restos “todo el tiempo que quieran”, detalló.
La madre de Navalny acudió el sábado junto con un abogado a la colonia penitenciaria de alta seguridad Nº 3, a unos 2.000 km de Moscú.
Según los servicios penitenciarios rusos, el opositor falleció el viernes de “muerte súbita” tras perder el conocimiento “después de un paseo”.
Estaba encarcelado desde que regresó a Rusia a principios de 2021, después de sufrir un grave envenenamiento, y su salud llevaba meses deteriorándose.
Durante su reclusión pasó unos 300 días en una celda disciplinaria, en duras condiciones de aislamiento.
Putin, que nunca nombró a Navalny por su nombre, no hizo ningún comentario sobre su muerte, que ocurrió un mes antes de las elecciones presidenciales rusas, en las que, previsiblemente, el dirigente se mantendrá en el poder con un nuevo mandato de seis años.
La muerte de Navalny desató una oleada de conmoción e indignación en Rusia y también en Occidente, donde muchos dirigentes acusaron a Moscú de ser responsable.
El Ministerio de Relaciones Exteriores alemán convocó al embajador ruso tras el fallecimiento, según informó ayer una portavoz del gobierno. También hicieron lo mismo Suecia y España.
“Ante la falta de información, creemos que es absolutamente inaceptable hacer declaraciones tan odiosas”, reaccionó el Kremlin.
En Rusia, los modestos intentos de rendir homenaje al opositor fueron reprimidos, en plena campaña de intimidación contra cualquier crítica a las autoridades desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
La policía rusa detuvo el fin de semana a cientos de personas que depositaban flores y encendían velas en decenas de ciudades en honor al disidente.
Navalny era la figura más destacada de la oposición en Rusia, donde ganó popularidad -especialmente entre los jóvenes- gracias a sus investigaciones sobre la corrupción durante el gobierno de Putin. (AFP)
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