Una descarga de furia que anticipó la peor de las tragedias

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“¿Cuántas veces nos tienen que robar para que hagan algo? ¿La comisaría libera la zona? ¿Hay que esperar un muerto?”. Según fuentes judiciales, esas preguntas figuran en una denuncia que M. A., el comerciante que ayer al mediodía abatió a un delincuente de cuatro disparos, había formulado a través de una aplicación policial en octubre de 2022.

En realidad, dijeron los mismos voceros, por aquel entonces había sufrido dos ataques en pocos días. De ahí el hartazgo incontenible desde lo expresivo. Más cuando la saga de inseguridad no era la primera vez que lo tenía como víctima.

Claro que ahora tuvo que pasar a la acción. Algo mucho más grave y de consecuencias imprevisibles para su persona.

Se indicó que M.A. era legítimo usuario del arma de fuego con la que se defendió del asalto.

“Tiene todo en regla”, confirmó su abogado frente a los medios.

También que irán por la legítima defensa. “Está claro. Él no provocó a nadie. El fue víctima, como su esposa y los clientes”, agregó.

 

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