La nueva versión es cosa seria, pero necesita mayor solidez y un par de refuerzos confiables
Edición Impresa | 3 de Junio de 2024 | 05:05

Por MARTIN MENDINUETA
El impacto por haberse topado con la primera amargura del nuevo ciclo tiene que servirle para sacar conclusiones a partir de un buen diagnóstico. Gimnasia ya tiene una matriz de funcionamiento que lo respalda y ahora deberá pulirla.
El entusiasmo que sigue generando la línea de juego propuesta por Marcelo Méndez necesita mayor solidez. Y estarán en sus decisiones el camino para encontrarla. Entre el notorio cansancio que opacó el rendimiento colectivo, y una serie de errores individuales donde el principal fue el que cometió Leonardo Morales, y que sirvió de prólogo para el segundo gol del anfitrión, el Lobo se desdibujó bastante.
EN EL COMIENZO ENTUSIASMÓ SU INTENSIDAD Y TRATO DEL BALÓN
Los veinte minutos iniciales fueron tan seductores que los hinchas locales empezaron a hostigar a sus jugadores porque los veían impotentes para cortar el lucido circuito donde Gimnasia manejaba el balón con gran precisión.
El golazo de Matías Abaldo le inyectó confianza a todo el equipo, que se animó a jugar en cualquier sector del campo.
Todo fue bien hasta que llegó el empate y allí se advirtió el primer bajón tripero. El factor determinante que anunció la llegada de complicaciones fue el cansancio que afectó a sus hombres más dúctiles. El Pata Castro y Pablo De Blasis bajaron bastante su rendimiento y el director técnico demoró de manera evidente las modificaciones. Está claro que Méndez no confía demasiado en las soluciones que debieran aportar los que son suplentes y, por eso, no hizo antes los cambios.
Empujado por el griterío y la presión de sus hinchas, Instituto fue para adelante con más ímpetu que ideas claras y tuvo la fortuna de encontrarse con una equivocación grosera de Leonardo Morales.
Gimnasia jamás se pudo recuperar de ese golpe. Cuando llegaron las variantes se intuía que le iba a faltar convicción para torcer el rumbo adverso del partido.
LA PROPUESTA DE MÉNDEZ SEDUCE A TODOS, PERO NECESITARÁ RETOQUES
La derrota no debiera confundir. Gimnasia ya tiene una nueva, y muy aceptada por sus hinchas, forma de encarar los partidos. Sobre esa matriz deberá trabajar disminuyendo la fragilidad defensiva que suele ocasionar su manera de ocupar los espacios.
La enorme frescura que ahora tiene de mitad de cancha hacia adelante necesita alcanzar un equilibrio con la retaguardia del equipo. Si bien pretender la eficacia en ambas facetas del juego puede ser utópico, con ajustar algunos movimientos (especialmente los relevos), y consiguiendo un par (por lo menos) de refuerzos confiables, el pronóstico seguirá siendo alentador.
Perdió el invicto, pero no el correcto rumbo que se ha trazado. Eso es lo que debe tener bien claro.
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