Jóvenes sin casa propia: cuatro de diez viven con padres o abuelos
Edición Impresa | 20 de Agosto de 2024 | 03:20

Cuando en diciembre pasado se le venció el alquiler y ya no podía afrontar las condiciones que le imponían para su renovación, Catalina, que está cerca de recibirse de diseñadora gráfica y vive de mantener páginas webs, pensó que no le iba a quedar más remedio que volver a vivir a su hogar familiar.
“Aunque me resistía a volver a la casa de mi viejos, no veía que tuviera otra opción. Me sentía bastante mal porque lo sentía como un fracaso, pero además porque tenía un montón de cosas propias que me había ido comprando en esos tres años de vivir sola y que no me iba a poder llevar”, cuenta Catalina que vive en La Plata pero tiene a sus padres en Tandil.
”¿Por qué no hablás con la tía Elba? ¿Tal vez ella te pueda ayudar”, -le sugirió por esos días una prima suya. Y aunque hacía años que Catalina no veía a su tía abuela, en la desesperación tomó coraje y la fue a visitar.
”El momento no pudo ser más oportuno para las dos. Ella acababa de quedarse sin la mujer que la había estado cuidando y a mí la idea de poder quedarme en La Plata a cambio de hacerle algunos mandados y acompañarla de noche me parecía ideal”, cuenta la joven, que pudo de esa forma resolver su problema habitacional.
Aunque tuvo un solución particular, el caso de Catalina no es hoy una excepción en nuestro país. Por las crecientes dificultades económicas para acceder a una vivienda propia, ya sea por vía de un crédito para la compra o el pago de un alquiler, casi cuatro de cada diez jóvenes argentinos no consigue vivir emancipado de su núcleo familiar.
El dato fue revelado por estudio de la Fundación Tejido Urbano, según el cual cerca de 2.300.000 jóvenes de entre 25 y 35 años viven con sus padres o abuelos por la falta de alternativas para acceder a una vivienda.
Como señala un informe que acompaña la investigación, el 38% de esa franja de adultos no tiene actualmente en el país alternativas para emanciparse. “Este es, quizás, uno de los principales desafíos del acceso a la vivienda, aunque lamentablemente es un problema que persiste hace al menos, dos décadas”, señalan desde la Fundación.
La dificultad de acceso a la vivienda, según los investigadores de Tejido Urbano,, constituye una problemática que se ha venido agudizando en el país. Mientras que en 2004 el 35% de los jóvenes –cerca de 2 millones- no había podido dejar la casa de sus mayores, el porcentaje alcanzaba ya al 39,1% en 2016, según la Encuesta Nacional de Gasto de los Hogares que realiza el INDEC.
De acuerdo con el estudio, sólo entre 2004 y 2012 el número de jóvenes no emancipados bajó hasta 1,7 millones, lo que significó también una reducción en el porcentaje de hasta el 31%, el nivel más bajo registrado hasta la fecha.
Ya en 2016 la Encuesta Permanente de Hogares volvió a registrar que el 39,1% de los jóvenes vivía sin haberse podido emancipar, y a partir de entonces su porcentaje se mantuvo alrededor de ese número.
“En 2023, último dato disponible, hubo 2,3 millones de jóvenes no emancipados, equivalente al 37% del total. La conclusión es que entre 2 y 2,5 millones de jóvenes de 25 a 34 años viven con sus padres o abuelos. Este alto porcentaje plantea un problema a futuro: existe una demanda latente de vivienda que no se está satisfaciendo”, resaltan desde la Fundación.
A entender de sus responsables, “esto puede deberse a que estos jóvenes no tienen ingresos suficientes para mudarse o carecen de ahorros para cubrir los gastos asociados con la independencia”.
Cualquiera sea el caso, “en el mediano plazo esto genera un efecto negativo sobre la construcción, que no percibe a este segmento como un potencial demandante y, entonces, no construye para ellos. Se trata de un ciclo vicioso que impide la independencia de los jóvenes”, afirman.
Lo cierto es que cifras establecidas no son uniformes en todo el país. El relevamiento muestra que “en las provincias del norte de Argentina, las dificultades para la emancipación son más acentuadas debido a los bajos niveles de ingresos, lo que está relacionado con la probabilidad de emanciparse”.
“En contraste, en la Ciudad de Buenos Aires -agrega el informe-, el porcentaje de jóvenes no emancipados es muy bajo, siendo siempre de los más bajos del país, un escenario que podría explicarse por los mayores ingresos, pese a que los valores de compra y alquiler de inmuebles resultan en general más altos en la capital federal”.
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