Cómo llegó Miguel Russo a Estudiantes: quién le abrió las puertas
Edición Impresa | 10 de Octubre de 2025 | 01:39

Miguel Russo jugaba en las divisiones menores de San Lorenzo pero una lesión y algunas cuestiones internas del Club lo dejaron un año sin jugar. En ese momento estar una temporada sin actividad era motivo suficiente como para que el jugador se considerase libre.
Por eso un delegado muy prestigioso del momento, Carlos Román (por pedido de Pascual Antonio Ortuondo), se acercó hasta Estudiantes para hablar con Miguel Ignomiriello, que en ese momento estaba a cargo del fútbol profesional y también de la selección de jugadores amateurs. Con el visto bueno del chiquilín que tenía rulos y una energía terrible, se realizó una prueba en la vieja cancha auxiliar en 55 y 1.
No necesitó muchos ejercicios ni minutos en cancha para convencer a todos que era un jugador apto para sumarse al plantel de la Cuarta División. Ese mismo año firmó con el Pincha pero todavía como futbolista amateur.
En los años siguientes el Ciclón lo quiso repatriar pero ya no hubo lugar. El jugador estaba cómodo en Estudiantes y el Club lo consideraba muy bien. Se quedó a jugar en Cuarta, luego Tercera y más tarde en Reserva.
Debutó en el primer equipo Pincha en 1975, ese torneo que tuvo al equipo peleando el torneo y el Nacional de la mano de Carlos Salvador Bilardo, quien fue su padre futbolístico.
En Estudiantes jugó 420 partidos oficiales, de los cuales 15 fueron internacionales. Hizo 10 goles y uno fue uno de los más importantes de su carrera: el tercero de la heroica remontada contra Gremio 3-3 con cuatro jugadores menos.
Russo estuvo marcado por la generación campeona del mundo. Desde su arribo al Club fue educado con los valores que siempre resaltó en adelante.
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