El fin del “príncipe Andrés” trajo “alegría”
Edición Impresa | 1 de Noviembre de 2025 | 02:48
Los británicos recibieron con aprobación la decisión del rey Carlos III de retirar a su hermano Andrés el título de príncipe, una medida interpretada como el cierre de un capítulo que afectó durante más de una década la imagen de la monarquía. Ayer la prensa del Reino Unido reflejó la reacción popular con titulares que celebraron el paso dado por el monarca, tras años de cuestionamientos y presiones políticas.
“¡Por fin!”, tituló el Daily Mirror, mientras que The Sun ironizó con “Andrés, anteriormente conocido como príncipe”. En las calles de Londres, la decisión fue vista como una señal de distanciamiento necesaria frente al prolongado escándalo vinculado a Jeffrey Epstein. Un sondeo del instituto YouGov señaló que el 58% de los británicos considera que la Casa Real tardó demasiado en actuar.
Desde 2011, la figura de Andrés estuvo asociada a acusaciones de explotación sexual formuladas por Virginia Giuffre, una de las principales denunciantes del empresario estadounidense.
Aunque el duque siempre negó los hechos, la sucesión de revelaciones en torno a sus vínculos con Epstein y Ghislaine Maxwell deterioró su reputación y provocó su salida de la vida pública en 2019.
El anuncio de Carlos III fue respaldado por el gobierno laborista de Keir Starmer, que habitualmente evita pronunciarse sobre cuestiones de la realeza. “Apoyamos plenamente la decisión”, señaló un portavoz oficial. El historiador Ed Owens describió el momento como un punto de inflexión para la institución, comparable en impacto con otros episodios críticos de la historia reciente de la monarquía.
En la opinión pública, el gesto del rey fue recibido como una reparación tardía. Algunos ciudadanos expresaron que la medida debió tomarse años antes, mientras que otros subrayaron la necesidad de mayor control sobre los miembros de la familia real. En paralelo, el Parlamento evalúa un proyecto para permitir al soberano o a una comisión legislativa retirar títulos nobiliarios en casos similares.
Pese a la pérdida del título, Andrés seguirá siendo octavo en la línea de sucesión y se mudará a la finca de Sandringham, propiedad privada del monarca, que continuará financiando su manutención. La fecha de la mudanza no fue confirmada por el Palacio de Buckingham.
La medida no pone fin a las investigaciones en torno al ex príncipe. La policía de Londres analiza una denuncia según la cual habría intentado obtener información para desacreditar a Giuffre, y grupos antimonárquicos reclamaron una revisión judicial del caso. Para buena parte de la sociedad británica, la decisión del rey marca el cierre simbólico de una etapa de descrédito que dejó secuelas en la imagen de la Corona.
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