Mingo Martino, un baterista legendario del jazz en el país

Recorrió el mundo y actuó con los mejores. Pero preservó siempre su condición de platense. Se formó desde chico y tuvo una trayectoria de más de sesenta años

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Con todo fundamento se lo calificó a Mingo Martino (1924-2011) como “una leyenda de la música platense”, al haber logrado convertir su vida en un artista incansable que, tal como se dijo en este diario, a pesar de haber recorrido los mejores escenarios del país y del mundo –y de haber tocado con figuras consagradas del jazz- siempre mantuvo irreductible su condición de platense. Como intérprete fue un baterista excepcional que se había iniciado desde muy chico.

“Mi padre siempre me llevaba a escuchar las orquestas y a los 12 años empecé a tocar el tambor. Después vino la primera batería. Me la compré yo y la pagaba con los trabajitos que iba haciendo. Cuando tenía 13 años toqué por primera vez en público. Eran las inundaciones famosas de Punta Lara, allá por los 40, y se organizaban muchos bailes a beneficio de los inundados. Así me largué”, contó el destacado músico, en una de las tantas entrevistas publicadas por EL DIA luego de sus presentaciones, distinciones y giras realizadas.

Pronto se convirtió en el baterista que marcó el pulso del jazz en La Plata. Fue un profesional enamorado de su arte y eso se tradujo en que fuera declarado “ciudadano ilustre” de la Ciudad. Fue también un referente de varias generaciones por lo extenso de su trayectoria y porque dejó una huella profunda en la historia musical platense.

El primario lo hizo en el Colegio San Luis (el Monseñor Rasore de calle 46 entre 7 y 8) y el secundario en el Colegio Nacional. Aquí, sus compañeros siempre lo recordaron porque hacía música con lápices y reglas. Como se dijo, su padre lo llevaba a escuchar orquestas de jazz y así fue que conoció y trabó amistad con bateristas de aquella época, como Pedro Benavídez, Carlos Cuacci y Alfredo Smith. De modo que a los 14 debutó en forma profesional, integrando una primera banda de jazz y música bailable de la Ciudad.

En 1944 fue convocado por el saxofonista Dante Varela que lo sumó a su prestigiosa orquesta, realizando primeras actuaciones en Radio Belgrano y grabaciones para el sello Odeón. Un año más tarde, al hacer la conscripción, integró la banda del Regimiento 7.

Una vez cumplida la conscripción se integró a las mejores bandas de jazz del país. No sólo a la de Varela, sino a las del trompetista Adolfo “Cholo” Rossini y a la inolvidable Swing Serenaders Band que reunió a músicos de enorme talento.

GRANDES MÚSICOS

Instalado en Buenos Aires, compartió escenario con los mejores músicos del país, tales como Enrique Villegas, Gato Barbieri, Lalo Schiffrin, Bebe Eguía y Osvaldo Mazzei. Se consideró siempre a esa época como la que plasmó la definitiva instalación del jazz en la Argentina y lo cierto es que Martino participó en ella como uno de los solistas más sobresalientes.

En 1955 se unió a la orquesta de Osvaldo Norton, con la que realizó una extensa gira por Chile, Perú, Ecuador y Colombia, continuando con sus presentaciones radiales y en diversos escenarios. En La Plata la actuación de Mingo convocaba a muchos espectadores en sus recitales en las dos sedes del Jockey Club (la del Centro y en el Balneario de Punta Lara), así como en el Coliseo Podestá y en distintos clubes y locales bailables.

Su trayectoria no se detuvo y actuó en las orquestas exitosas de Eddie Pequenino, Barry Moral, Ray Nolan y Panchito Cao, entre otras, además de hacerlo en muchas grabaciones realizadas en RCA Víctor, en donde acompañó a artistas de la talla de Lucho Gatica, Violeta Rivas, Chico Novarro, Raúl Lavié, Marty Cosens y Lalo Fransen.

Cuando en 1972 vino a la Argentina para actuar en teatros porteños la legendaria Josephine Baker, allí estuvo Martino acompañándola con su batería. También tocó con la orquesta de Mariano Mores y con el Trío Los Panchos, entre otros grandes de la música popular.

“Tocaba en la Confitería Richmond y en la llamada ‘catedral del jazz’, la Confitería Odeón de Calle Corrientes. Allí iban los músicos de jazz a escuchar desde las cinco de la tarde hasta la madrugada. En los años 60 integré la orquesta estable de la RCA Víctor y allí actué prácticamente con todos los artistas del Club del Clan, como Violeta Rivas, Palito Ortega y Chico Novarro, entre muchos otros, que grabaron con la orquesta que yo integraba”.

DIRECTOR DEL MUSEO

Declarado Ciudadano Ilustre de La Plata en 2004, el baterista, cansado de tanto viajar, decidió tocar en la Ciudad y fue así como surgió el recordado Grupo Contemporáneo de Jazz La Plata, integrado originalmente por Jorge Curubeto (saxo), Cacho Cantarella (trombón), Santiago Bu (saxo), Oscar Mendy (piano), Tucuta Mendy (contrabajo) y Martino (batería).

Paralelamente a su carrera como músico, Mingo trabajó en el Museo Provincial de Bellas Artes donde entró de “pibe” y se jubiló como director. “Hice muchos sacrificios para no abandonar la música; iba sin dormir a trabajar y siempre me daban permiso cuando tenía que grabar o tocar en alguna circunstancia especial”.

Formando parte del Sexteto de Jazz La Plata, agrupación en la que compartía escenario con grandes músicos locales como Jorge Curubeto, Mariano Meneghini, Alberto Guglielmino, Julio Campos y Lito Escobar, fue homenajeado por la Municipalidad durante el Festival de Jazz La Plata 2008, en el que se reconoció su trayectoria e influencia cultural para la Ciudad.

El músico, que con su Sexteto grabó dos discos, tocó también, a lo largo de sus 60 años de carrera con artistas como Jorge Navarro, Ricardo Pellican, Fast Fernández, Alberto Favero, Pocho Lapouble y Marcela Monreal.

Perteneciente a una generación que brindó brillantes instrumentistas y compositores, Mingo se casó en 1950 con Carmen Calabia, tuvo una hija (Graciela) y tres nietos (Mara, Pedro y Catalina).

Mingo Martino en los '60 tocó con muchos artistas de aquel recordado Club del Clan

 

 

Suplemento Aniversario
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Mingo Martino

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