Emilio Azzarini, un científico y dirigente que honró a la Ciudad

La importancia del museo que lleva su nombre, con una colección que reúne miles de instrumentos y documentos musicales. Veterinario de renombre, también fue presidente del Club Gimnasia y Esgrima

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Médico veterinario, científico, editor cultural, coleccionista de instrumentos musicales, fundador de coros, ex presidente de Gimnasia y Esgrima, el doctor Emilio Azzarini (1903-1963) nació en Punta Alta (localidad bonaerense del partido de Rosales) y se radicó muy joven en nuestra ciudad, donde desplegó una vida propia de las personalidades capacitadas para ejercer distintas actividades y hacerlo en todas con idoneidad difícil de igualar.

Fue además docente universitario, investigador en genética, editor de textos fundamentales, capacitado dirigente deportivo, fundador de coros y apasionado coleccionista de instrumentos musicales. Toda esta herencia cultural se preserva hoy en el Museo platense que prestigia a la Ciudad y que lleva su nombre.

En la Universidad Nacional de La Plata se graduó como médico veterinario, y ocupó en esa casa de altos estudios importantes cargos: actuó en la organización de la Biblioteca; fue secretario de Publicaciones y Oficial Mayor. También fue miembro de la comisión de Teatro Universitario, dirigida por Antonio Cunill Cabanellas.

En su profesión, tuvo una destacada actuación, habiendo efectuado trabajos científicos de alto nivel en el campo de la genética y la inseminación artificial, de amplia acogida en los ámbitos especializados de Argentina, Inglaterra y Francia.

Siendo secretario de Publicaciones en la UNLP colaboró en la edición del Facundo de Domingo F. Sarmiento, y en una edición crítica y documentada del Dogma Socialista de Esteban Echeverría.

Al momento de su fallecimiento, estaba preparando un libro sobre la actividad cultural desarrollada en torno de la Universidad de La Plata desde su fundación, y en especial el papel que desempeñaron los estudiantes, a través de sus distintas organizaciones; para ello había reunido la mejor colección de periódicos estudiantiles, que se halla actualmente en el Museo.

Emilio Azzarini dejó un legado muy importante en nuestra ciudad

MÚSICA E INVESTIGACIONES PIONERAS

Científico de profesión, fue músico de alma. A su iniciativa e incansable esfuerzo, se debió la fundación del Coro de la Facultad de Ingeniería en 1941 y del Coro Universitario en 1942.

En el plano de su profesión, Azzarini realizó investigaciones pioneras en genética e inseminación artificial, temas que en las décadas del 30 y el 40 abrirían nuevas fronteras para la producción agropecuaria. Sus trabajos alcanzaron proyección internacional y fueron reconocidos en Francia e Inglaterra, así como, por supuesto, en nuestro país.

Azzarini se destacó asimismo por su íntima relación con la actividad deportiva en La Plata. Fue presidente del club Gimnasia y Esgrima e impulsó más que nadie, pese a que por entonces contaba con solo 24 años de edad, la construcción del estadio en su actual ubicación en el paseo del Bosque, al punto de que durante muchos años el Estadio de 60 y 118 llevó su nombre. El “Azzarini” fue como la casa propia de los gimnasistas.

COLECCIÓN Y MUSEO

Pero lo que más impresionó de Azzarini era su posesión de una colección singular y amplia de instrumentos musicales de todas partes del mundo. A los 16 años ya había empezado a coleccionar instrumentos musicales, libros y partituras que iba reuniendo y catalogando.

El Museo de Instrumentos Musicales “Doctor Emilio Azzarini” atesora desde hace casi cuatro décadas un patrimonio musical único en el país.

Su origen se debe a la donación original de Azzarini. Su familia, siguiendo la voluntad expresada por Azzarini poco antes de fallecer, donó los instrumentos a la UNLP. Gracias a ello pudieron rescatarse del olvido valiosísimas piezas abandonadas en casas particulares o comercios. Muchos instrumentos musicales colectados por Azzarini fueron el pago por sus servicios de médico veterinario; otros los adquiría en casas de antigüedades; otros eran encargados a sus amigos cuando viajaban fuera del país.

Numerosos ejemplos testimoniales surgen del Archivo de la correspondencia de Azzarini que posee el Museo. Pero quizás el más curioso es el siguiente: una vez viajó a China su amigo, el titiritero Javier Villafañe y llevó el pedido de Azzarini de conseguir un ko ling (silbato múltiple para paloma).

La búsqueda por toda China fue infructuosa: el pequeño instrumento sonoro había sufrido tal proceso de aculturación que se había perdido su rastro en el país de origen. La búsqueda llevó al contacto con el Instituto de Música de Pekín y finalmente fueron encontrados dos ejemplares en una pequeña aldea del desierto de Gobi, uno de los cuales es el que posee el Museo.

Lo cierto es que en diciembre de 1985, en calle 45 Nº 582, entre 6 y 7, abrió sus puertas el Museo de Instrumentos Musicales “Dr. Emilio Azzarini”, que reúne más de 800 instrumentos, 10.000 discos de pasta; una biblioteca de 3.500 volúmenes, rollos de pianola, manuscritos y archivos teatrales y estudiantiles.

Tal como dijeron los directores de ese Museo, el lugar refleja a la perfección el humanismo de Azzarini, interesado en la vida artística y cultural de la ciudad. Hoy el Museo es uno de los patrimonios culturales más ricos de La Plata –se dice, incluso, que no existe en el país otro establecimiento similar- que mantiene vivo el espíritu de su fundador interesado en unir el arte, la música y la memoria de los pueblos.

 

 

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