“Pilo” Trouet, mucho más que el “padre del Lobo”
Edición Impresa | 19 de Noviembre de 2025 | 00:04
Humilde, talentoso, respetuoso… Existen muchos más adjetivos para pintar sin exageraciones la figura de Julio César “Pilo” Trouet, un cordobés (era simpatizante de Talleres), a quien no le interesaba mucho el fútbol y que dibujaba con una gran maestría en su propio estilo.
De joven había viajado a La Plata y en esta ciudad se radicó definitivamente sin saber que con el tiempo se convertiría, como muchos lo identifican, en el “padre del lobo”, cuestión a la que él nunca le adjudicó mayor trascendencia, aunque reconocía que “en su momento me gustó mucho que los hinchas de Gimnasia tomaran a uno de mis dibujos para identificar al club”, pero al poco tiempo lo había tomado con naturalidad.
Pilo, alto y fornido, dibujaba a mano alzada con elegancia respetando armoniosamente los trazos para que el producto final de su labor fuese “claro pero sin estridencias”.
Se definía como “ilustrador antes que dibujante, porque en mi oficio se debe expresar un mensaje con el dibujo, siendo creativo y resistiéndose a la obviedad”.
Su especialidad era el dibujo publicitario y la ilustración de noticias, actividades en las que se destacó desde comienzos de la década del 50 en el viejo diario “El Plata” de nuestra ciudad.
NACE EL LOBO
En ese desaparecido vespertino platense, Pilo tenía a su cargo ilustrar los avisos publicitarios de los comercios que publicaban avisos: “desde agencias de automóviles, a casas de ropa, tiendas y confiterías”, contaba.
También ilustraba algunas noticias y en la edición de los sábados debía hacer lo propio con los anuncios de los partidos que disputarían Gimnasia y Estudiantes, en función de los rivales a los que se enfrentarían al día siguiente.
En 1962, como se sabe, Gimnasia, hasta entonces “los triperos”, hizo una de las mejores campañas de la historia del club y estuvo varias fechas primero en la tabla de posiciones, pero sobre el final del torneo se le escapó el título.
Cuando esa campaña comenzaba a desplegarse, Trouet inmortalizó su “Lobo”.
“Gimnasia de alguna manera instituyó el terror en el Bosque y por eso se me ocurrió el ‘cuco del Bosque’, pero no me cerraba y salió ‘el Lobo del Bosque’, y ese mismo día dibujé la figurita”, que luego se hizo emblema, dijo en un reportaje televisivo a fines del siglo pasado en el Polideportivo de calle 4, en oportunidad en la que la entidad albiazul homenajeó a Trouet a quien se le entregó una plaqueta de reconocimiento.
El Lobo original de Trouet dista de ser una bestia fiera o amenazante. Por el contrario, despliega rasgos amigables, una expresión entre pícara y socarrona, y una postura dinámica que evoca energía y movilidad. Así logró condensar en una sola imagen la “astucia y rapidez propias del animal y, al mismo tiempo, los valores de la comunidad mens sana: actitud frente a la adversidad, identificación con el Bosque y comunión emocional con la historia del club”.
Luego de un tiempo, el hombre pasó a trabajar en EL DIA hasta su jubilación y en una nota contó: “Si Gimnasia está en el Bosque, y es astuto y rápido, tranquilamente se lo puede asociar con ese animal. Pero jamás imaginé que rápidamente se transformaría en el ícono del club”.
En nuestro diario trabajaba de mañana realizando ilustraciones publicitarias y antes de ingresar a su sección pasaba por la redacción a saludar y participar de cualquier conversación de variados temas, demostrando una gran cultura adquirida como un lector “de todo lo que caiga en mis garras”.
EL HOBBY QUE LO ACOMPAÑÓ
Además, tenía un hobby que lo mantuvo a lo largo de toda la vida: coleccionaba pequeños automóviles de juguete, tipo “matchbox”; tenía cerca de 3.000, y los acomodaba en varios pisos de estanterías que tapizaban las cuatro paredes de su estudio en su casa de la calle 68.
Se ha documentado su intervención en cartelería y programas oficiales del club Gimnasia, así como en afiches promocionales de campañas deportivas y eventos institucionales.
Su nombre, además, es recordado en contextos educativos al ser reconocido como autor de ilustraciones didácticas usadas en material escolar, y en la memoria oral de la ciudad ha quedado su paso por exposiciones colectivas de arte gráfico.
Entre humoristas, caricaturistas, diseñadores e ilustradores, el ejemplo de Trouet es citado por su eficacia comunicativa y su capacidad para sintetizar contextos sociales y de masas en imágenes de fácil recordación. Su estilo ha sido estudiado en programas de formación en diseño gráfico y comunicación visual, y hoy su figura resulta imprescindible en repositorios y cursos sobre la historia de la ilustración argentina.
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