Se pellizca porque sigue incrédulo; ya está entre los mejores del Clausura

“Zaniratto de los milagros”, el técnico que fue capaz de cambiar drásticamente la autoestima tripera merece ser ratificado para el 2026

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Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

Después de haber sufrido durante gran parte del almanaque 2025, Gimnasia se reinventó, elevó enormemente su autoestima y ya está entre los cuatro mejores del campeonato.

La película más linda en muchos años empezó en el Monumental, siguió ante Vélez en el Bosque, luego se mudó a Vicente López, más tarde a Santa Fe y ayer al domicilio del cuestionado presidente del fútbol nacional

Cinco triunfos en fila. Cinco emociones potentes. Cinco alegrías como hacía mucho no disfrutaba el sufrido y fiel pueblo tripero.

Guiado por Fernando Zaniratto, aquel ex defensor que acumuló planillas como titular en tiempos de Carlos Griguol, el Lobo, humilde y consciente de sus limitaciones, construyó una hermosa recta final que le permite soñar con lo que significaría un mojón de su historia institucional.

En una gran labor individual de Nicolás Barros Schelotto (líder intelectual del manejo de la pelota en la franja del mediocampo), con aportes trascendentales de Nelson Insfrán y de Enzo Martínez, fue legítimamente superior a un dueño de casa que, sin ayuda arbitral, quedó reducido a un equipo con severas limitaciones en todas las líneas.

¿días atrás hubiera convalidado el var el gol de manuel panaro?

En la misma tarde de los 19 allanamientos vinculados a la estrecha relación entre Sur Finanzas y Claudio Tapia, la estructura arbitral se vio acorralada por el incómodo compromiso de convalidar o no el gol de Gimnasia que ponía abajo en el marcador a una de las debilidades del mandamás de la AFA.

Se tomaron su tiempo; algo más de tres minutos de conversación entre Jorge Baliño (responsable del VAR) y el árbitro Hernán Mastrángelo para concluir en la convalidación de la conquista que marcó el rumbo de la tarde.

Gimnasia fue levemente superior al equipo del “Comandante” y, además, se lo notó suelto para manejar el balón sin caer en apresuramientos.

DECAYÓ EN EL COMPLEMENTO, PERO SUPO LIQUIDARLO CON AUTORIDAD

Gimnasia no empezó bien el segundo tiempo, aunque siempre se advirtió que a Barracas le costaba demasiado encontrar asociaciones en los últimos metros de la cancha. El peor momento terminó en alivio y fue cuando el tiro libre de Candia rebotó en el travesaño albiazul. Cuando esa pelota no entró, todo Gimnasia sintió un guiño cómplice del destino para arribar al sitial reservado para los mejores cuatro.

 

El VAR y el árbitro tardaron algo más de tres minutos en convalidar el gol del atacante Panaro

 

El delirio mens sana se desató un poquito antes del pitazo final. La gambeta con toque manso a la red de Franco Torres escrituró un estado de gracia indescriptible. Pasó, ni más ni menos, de celebrar la salvación del descenso a recibir al rival de toda la vida ansiando el inmejorable premio de acceder a la final en Santiago del Estero.

La ciudad ya está distinta porque Gimnasia luce diferente. Esta vez espera el clásico con mucha más confianza, con renovada fe. Y eso lo hace feliz.

 

Gimnasia

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