Barenboim y una orquesta para “cambiar vidas”
Edición Impresa | 8 de Febrero de 2025 | 03:27

Daniel Barenboim comunicó el jueves que padece la enfermedad de Parkinson, pero, enseguida, explicó que seguirá al frente, cueste lo que cueste, de su West-Eastern Divan Orchestra. “La considero mi responsabilidad más importante”, explicó. “Es esencial para mí asegurar la estabilidad y el desarrollo a largo plazo de la orquesta. Continuaré dirigiendo a la Divan siempre que mi salud me lo permita. Al mismo tiempo, tomaré un papel activo para asegurar que Divan tenga la oportunidad de colaborar con excelentes directores en el futuro”.
Es que la orquesta, que cumplió 25 años desde su formación el año pasado, es la manera en que Barenboim busca cambiar el mundo a través de la música: la West-Eastern Divan está formada por jóvenes judíos, palestinos y árabes, una iniciativa que el director de orquesta porteño fundó la orquesta junto al filósofo palestino Edward Said en 1999 como un taller para jóvenes músicos de Israel y otros países de Oriente Medio para combinar el estudio musical con la comprensión entre culturas tradicionalmente enemistadas. “La West-Eastern Divan no se fundó para resolver el conflicto israelí-palestino”, explicó Barenboim, y sin embargo “sí ha cambiado la vida de todos los que han pasado por ella, la mía también”. La orquesta, agregó, demuestra que “hay una posibilidad de coexistencia”.
“Lamentablemente no tiene ninguna influencia en las políticas árabes e israelíes”, considera, aunque que sus integrantes, gracias a trabajar juntos, sí ven la “posibilidad” de un futuro en paz. Y destaca que es destaca “musicalmente extraordinaria”: “Cuando comenzamos en 1999, el 60% de los músicos nunca había tocado en un orquesta y, ni siquiera, habían oído a una en vivo. En solo 8 años fueron capaces de interpretar ¡las Variaciones de Schoenberg! en Salzburgo y Pierre Boulez -uno de los músicos más influyentes del siglo XX- me dijo que nunca había escuchado algo así”, contó.
La orquesta le ha permitido además llevar la música clásica a lugares que difícilmente tienen acceso a ella, con conciertos como el ofrecido en 2005 en Ramala (Palestina), el primero de la Divan en un país de Oriente Medio. Con la orquesta, además, emprendió el proyecto de grabar el ciclo completo de las sinfonías de Beethoven, ha llegado “a un nivel inesperado” y es, recalca, “una leyenda en el mundo, pero no en la región -Israel y Palestina-, porque ni se hablan”.
“Tenemos muchos admiradores y detractores, eso sí”, admite el músico, que siempre ha defendido que el problema de Oriente Medio no es de filantropía ni su solución “militar” o “política” sino “humana”.
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