Gimnasia, de blanco: la ruptura en Estudiantes, jugar sin franja y la fusión de "sangre azul"
| 29 de Septiembre de 2025 | 10:38

La camiseta blanca volvió a latir en el Juan Carmelo Zerillo. No es solo un color ni un diseño: es el regreso a casi al punto de origen, a las raíces de un club que supo forjar identidad en el conflicto y en el anhelo de pertenencia. En el partido de este fin de semana, Gimnasia salió al campo con una casaca completamente blanca, despojada de la tradicional franja azul, en homenaje a René Favaloro. Un gesto si bien fue en representación de la piel del quien más sabía del corazón, es también un vínculo que lleva a los cimientos del fútbol albiazul y la separación total con Estudiantes.
El recorrido hacia esta camiseta blanca es también el relato de un club que fue pionero en el fútbol argentino. Gimnasia nació en 1887 como una entidad destinada a la práctica de la gimnasia y el esgrima, pero el fútbol entró en su vida a principios del siglo XX. En 1903 y 1904, cuando aún no estaba afiliado a la liga, jugaba partidos amistosos y lucía una camiseta a rayas verticales celestes y blancas, un tributo explícito a la patria y siendo uno de los primeros que lo hizo (muy poco antes Atlético Tucumán).
En 1905, ya afiliado a la Argentine Football Association y disputando la Tercera División, el club cambió el celeste por azul para diferenciarse de Racing. Así surgió la base del azul y blanco que todavía lo distingue. Ese mismo año, el Lobo escribió una página gloriosa al derrotar 10-1 a River Plate, un resultado que aún resuena en los archivos del fútbol. Fueron en total 11 partidos con camiseta a franjas verticales azules.
En 1910 adoptó la camiseta blanca con la franja azul central, aunque no fue confeccionada ni usada hasta seis años después. Pero antes de esa elección definitiva hubo un período de transición que explica la trayectoria de una indumentaria que se recupera tras décadas.
La ruptura en Estudiantes y el nacimiento de un nuevo ciclo
El quiebre se produjo en octubre de 1914. En Estudiantes de La Plata, club fundado por disidentes de Gimnasia, se desató una disputa que trascendió lo deportivo. Un sector de la dirigencia, encabezado por Ludovico Pastor, defendía una visión elitista que los rivales llamaban “sangre azul”. Enfrente estaban jugadores y socios de origen obrero, como Ángel Bottaro y Emilio Fernández, que no se sintieron reconocidos. La dirigencia albirroja apoyó al sector elitista y sancionó a Bottaro, lo que provocó la ruptura definitiva.
Los marginados, en su mayoría provenientes de los sectores más humildes, se volcaron al club Independencia -cuya indumentaria era totalmente blanca-. Allí encontraron cobijo, pero el destino quiso que ese desprendimiento diera lugar a una fusión histórica. El 8 de marzo de 1915, Independencia, liderado por Roberto Felices -quien luego sería jugador de la Selección argentina- sumó al football de Gimnasia. Nacía así una nueva etapa, en donde Independencia ya estaba anotado en el campeonato y agregó a los jugadores que se fueron del Pincha.
Con esa fusión, Gimnasia conquistó el ascenso a Primera División en un año inolvidable. El 7 de noviembre de 1915 ganó la Copa Competencia de Intermedia al derrotar 4–2 a San Isidro, y el 2 de enero de 1916 se consagró campeón de la división al superar 1–0 a la Reserva de River. En menos de dos meses, el Lobo obtuvo la triple corona de Intermedia. Fueron 22 partidos con la camiseta blanca, ganando 16 y empatando los restantes, siendo el último el 2 de enero de 1916.
El 26 de marzo de 1916, en su debut en Primera, Gimnasia presentó por primera vez la camiseta blanca con la franja azul horizontal en un triunfo 4–0 ante San Lorenzo. Ricardo Naón, hermano del legendario goleador Arturo Naón, fue el primer capitán en lucir aquella casaca. Por primera vez la utilizó en La Plata un 16 de abril de 1916, recibiendo a Porteño en lo que era su cancha de aquel entonces: en el Club Ferrocarril Provincial, 72 y 12, cerca de lo que hoy es CRISFA.
La camiseta totalmente blanca, sin franja, quedó como un símbolo de los orígenes. Reapareció en distintas etapas como prenda alternativa: en 1962, 1976, 1978 y en 1983, cuando por primera vez el club llevó publicidad en la camiseta, con la marca Cartier complemente azul en el pecho. Esa también fue la última totalmente blanco, un 30 de julio de 1983 recibiendo a Tigre en la Primera B.
En números: entre 1962 y 1964 vistió cuatro veces de blanco (una victoria y tres empates). En 1976, tres: dos victorias y una caída. Al año siguiente, en 1977, era más común: seis triunfos, dos empates y una derrota. Para 1978, algo clásico o para los segundos tiempos: cinco alegrías, seis igualdades y cuatro caídas. En total fueron 30 victorias, 16 empates y solo seis caídas hasta este pasado fin de semana jugando vestido de blanco.
El blanco, ahora para honrar a Favaloro
Hoy, la historia vuelve a teñirse de blanco, pero con un sentido que trasciende el deporte. La nueva camiseta edición limitada homenajea a René Favaloro, el médico que cambió la historia de la cirugía cardiovascular y que, antes que eminencia mundial, fue un niño que se enamoró del Lobo en el barrio El Mondongo.
A los diez años, de la mano de su tío Leopoldo, Favaloro llegó al viejo estadio de 60 y 118 para ver al famoso “Expreso del 33”. Décadas después, ya consagrado, seguía recordando de memoria la formación de aquel equipo. En 1983 fue una figura clave para la unidad institucional que devolvió a Gimnasia a Primera. “Fue el motor de la unidad y del ascenso”, reconocería años más tarde Héctor Delmar, presidente en aquella gesta.
Exultante, Favaloro celebró el regreso del club a Primera el 30 de diciembre de 1984. Su vínculo con Gimnasia fue tan profundo que hoy el club lo recuerda en múltiples espacios: las escuelas primaria y secundaria, la platea techada del estadio, el memorial cercano al Bosque, el anfiteatro y el boulevard frente al Campus de Estancia Chica.
El homenaje actual no es una simple reedición. La camiseta blanca replica el ambo que Favaloro vestía y es tradición entre los médicos. Lleva un bolsillo bordado con su nombre y la tipografía manuscrita que el cardiólogo utilizaba en sus notas médicas, aplicada en los dorsales de los jugadores.
Las camisetas usadas en el partido serán subastadas con un sistema de autenticación NFC que garantiza su origen y genera un certificado digital único, convirtiendo cada prenda en una pieza histórica para el hincha.
Llamó la atención no ver la franja, pero durante un buen tiempo fue tradicional. Más de 4000 partidos en su historia, pero los primeros fueron así y hasta hoy solo 53 cotejos. Fue un homenaje dentro de otro.
Imágenes ilustrativas: gelp org ar
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE