El padrastro de la bebita asesinada se negó a declarar y la familia abandonó el barrio

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Jhonatan Sosa ya conoce los tribunales penales porque en 2015 estuvo procesado en una causa por robo, por la que estuvo preso en la Unidad 9 hasta el año pasado, aunque ayer volvió a pisarlos imputado de un delito que contempla la perpetua: violación seguida de muerte. Fuentes judiciales confirmaron que se negó a declarar.

La víctima fue Sarai Ailén Amaya, de 9 meses, quien el viernes quedó al cuidado de su padrastro, Sosa, en una construcción en los fondos de un terreno de 3 entre 126 y 128, en Punta Lara, ya que su madre, Maira Amaya, salió a hacer unos trámites con la suegra.

Cerca de las 10 de la mañana Sosa corrió hasta la casa de sus padres, en la parte de adelante del terreno, porque la beba “no respiraba”. Su padre y un vecino la llevaron en la camioneta de este último hasta un centro de salud de Punta Lara, desde donde la derivaron en ambulancia al hospital Cestino.

Las maniobras de resucitación no pudieron salvarla. Y los médicos que la atendieron observaron signos de abuso que denunciaron a la policía. La autopsia estableció que la bebita murió a causa de un trauma abdominal cerrado “compatible con movimientos de aceleración y desaceleración (como sacudidas)” y lesiones anales por tentativa de penetración. Tras el incendio de la casa, la familia de Sosa abandonó ayer el barrio.

 

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