Un rendimiento con varias dudas quedó tapado por la alegría de la clasificación

Gimnasia jugó uno de sus peores partidos del semestre. Contra un equipo de la Superliga no podrá permitirse un nivel así

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Por FACUNDO ACHÉ
Enviado especial a Rafaela

“Jugamos muy mal”. La misma frase, una y otra vez, la repitieron todos los protagonistas de la clasificación en Rafaela. Es, quizá, lo único valioso más allá del triunfo por penales: nadie se engañó con el resultado final. Todos entendieron que una tarde así en la Superliga será una segura y dolorosa derrota. El propio Pedro Troglio fue contundente en su análisis al declarar que la actuación de su equipo fue “la peor desde que regresé al club y una de las peores en todos los años que llevo dirigiendo a Gimnasia”.

Resultadio final al margen, al Lobo no le salió nada en Rafaela. Ni lo entrenado, ni la “dinámica de lo impensado”. Falló en el juego largo, que a veces terminaba con Silva y Guevgeozian corriendo pelotazos y con el “Monito” Gómez en las fricción del juego, aéreo. Tuvo enormes problemas para dar pases, ya ni siquiera el lugar común de “tres pases seguidos”. No se encontró en la cancha, permitiéndole a Central Córdoba sentirse cómodo en el juego. Y encima, fue defensivamente permeable. En comparación con los partidos anteriores, un equipo que en teoría es claramente inferior como el santaigueño, pareció superior y aunque no llegó demasiado, siempre dejó una mayor sensación de peligrosidad ofensiva que el timorato juego albiazul, que hasta el gol de Jan Hurtado apenas había llevado riesgo para el arco de Cavalotti mediante Guevgeozián y un par de remates de media distancia. El combo impericia ofensiva-fragilidad atrás fue tremendo y casi lo saca de la Copa Argentina.

¿Mereció ganar Central Córdoba? Seguramente no. Gimnasia mereció perder, eso sí.

El viaje a La Plata estuvo cargado de alegría para quienes jugaron el partido dentro del campo y los que lo vivieron desde la tribuna, que sufren a la cancha de Rafaela como a un mal sueño. El karma de la cancha chica en la que siempre pierde se terminó: el triunfo en los penales deja la falsa sensación de triunfo pero no opaca la alegría de esperar en semifinales de la Copa nada menos que a River, hoy el mejor y el más regular de nuestro fútbol.

Hoy comenzará el tiempo del análisis. Esta vez, el tradicional video con los errores del partido será mucho más largo y con temática variopinta. A las fallas colectivas hay que sumarles los fallos individuales. El sector derecho del equipo nunca hizo pie. El doble nueve careció de peso. Ni pausa por el centro ni vértigo por los costados. Todo se jugó a un mismo ritmo, impreciso y cortado. El pelotazo, a nadie. El pase de dos metros, al pie del rival. Individualidades que no superaron la medianía. Entre los titulares, la técnica no exenta de errores de Gonzalo Piovi lo puso por encima del resto.

El párrafo aparte lo merece Jan Carlos Hurtado. Tiene apenas 18 años y ganas de que le notan. Quiere triunfar. Ser alguien en el fútbol. Por eso. el par de horas de viaje para jugar en Táchira. Por eso, la búsqueda de otros horizontes que circunstancialmente favoreció a Gimnasia. Por eso, la confianza en sí mismo sin límites, la fe ciega. la misma que tuvo para ir a buscar una pelota perdida que terminó en esa caricia a la pelota para la explosión del triperío. Por eso, la respuesta afrimativa a la pregunta “¿Pateas?” que incluyó hasta el orden del remate: “Pateo tercero”. Ese toque a un palo, un poco más fuerte, que sirvió para empezar a ganar la llave. En síntesis, una cabeza fuerte que en el fútbol vale aún más que el talento en las piernas o el arte del engaño en los quiebres de cintura.

Hurtado es el héroe de Gimnasia en esta Copa Argentina. Clave ante Boca y Central Córdoba

 

El Negro Hurtado. De a poco, para ir metiéndose en el equipo. Así, desde el banco hasta que llegue el tiempo de afirmarse en primera. Como ante Boca, Jan Carlos Hurtado fue el héroe sin capa que le permite al Lobo seguir volando alto en esta Copa Argentina que lo saca del estrés de la calculadora y los rivales directos. Y que le permite, ya, ser uno de los cuatro mejores de la Copa Argentina.

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