En su regreso el plantel fue recibido por una multitud en las calles de La Plata

Luego del partido ante el Manchester United la delegación viajó a Italia por una gira que terminó siendo interrumpida

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Tras la gesta del 16 de octubre, el plantel de Estudiantes no regresó inmediatamente a nuestro país para festejar junto a su gente sino que, al otro día, estaban viajando rumbo a Italia para una gira que la dirigencia había organizado con anterioridad para recaudar dinero.

Luego de un día de descanso en la localidad de Como, ubicada en el límite con Suiza, el 19 de octubre la comitiva albirroja se trasladó a Superga para rendir homenaje al monumento dedicado al “Grande Torino”, el famoso equipo que había trágicamente perecido en un accidente aéreo en 1949. Los diarios italianos remarcaron aquel día que el gesto del equipo que días atrás había salido campeón del mundo.

La pelota rodó el 20 en el estadio San Siro en un amistoso ante el Inter que ganó el local por 2-1. El único tanto albirrojo lo marcó Hugo Spadaro de tiro libre. La gira no se terminaba ahí pero, como contó Juan Ramón Verón en una entrevista, desde a presidencia argentina le pidieron a los futbolistas del Pincha que vuelvan para ser homenajeados.

DEL AEROPUERTO DE EZEIZA A LA CASA DE GOBIERNO CON ONGANÍA

Una vez que la delegación de Estudiantes pisó suelo argentino en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, se trasladaron inmediatamente a la Casa Rosada en la ciudad de Buenos Aires para ser recibidos por Juan Carlos Onganía, por entonces presidente de facto del país. Curiosamente, un año más tarde, el mismo personaje político mandaría a la cárcel a Alberto Poletti y Ramon Aguirre Suárez por el “juego brusco” de Estudiantes en la final intercontinental ante el Milan.

Volviendo a los festejos en 1968, una vez cumplido el acto en la casa de gobierno los futbolistas emprendieron el viaje rumbo a La Plata en un ómnibus. El epicentro de los festejos fue el estadio de 1 y 57 pero, para llegar a él, tardaron varias horas debido a la marea de hinchas que había salido a la calle para saludar a los héroes de Old Trafford.

El colectivo, gris, ingresó por el viejo camino General Belgrano. Ya en Villa Elisa había una multitud. En la medida que avanzaba se fueron sumando autos, motos y bicicletas. En 7 y 32 directamente no pudo seguir avanzando porque varios hinchas se subieron al techo. En medio de la locura popular, el micro se detuvo en 7 y 45 y no volvió a andar, siendo remolcado por los bomberos. En ese lugar el motor dijo basta y por eso el resto del recorrido lo tuvo que realizar con asistencia.

La caravana pasó por la Sede y luego llegó hasta el estadio. En su inmensa mayoría festejaron los hinchas de Estudiantes. Pero también algunos de Gimnasia se sumaron a los bocinazos. En aquellos años el fútbol todavía se vivía de una manera más sana que en la actualidad.

Ya en el estadio Jorge Luis Hirschi la delegación pincharrata, que tuvo al capitán Oscar Malbernat, el entrenador Osvaldo Zubeldía y el presidente Mariano Mangano en la delantera, exhibieron la copa obtenida en el estadio de Old Trafford para la emoción de todos los simpatizantes del León que siguieron dándole las gracias y festejando el título mundial.

Hasta el anochecer hubo fiesta en la ciudad de las diagonales y alrededores. El diario El Día tituló de la mejor manera: “No hubo ciudad en la Tierra más feliz que La Plata”. Nada más acertado. La alegría duró con el correr de los años, por eso ahora es un buen momento para recordar las anécdotas de padres y abuelos.

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