Desolación y bronca entre los evacuados: el drama de perder casi todo y volver a empezar

En centros de Villa Elvira y Los Hornos asistieron a 91 personas que debieron dejar sus hogares. Historias que desnudan la falta de obras

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El Club Circunvalación y el Polideportivo de Los Hornos fueron los lugares donde se recibieron a los evacuados. La primera institución contuvo a 8 familias de Villa Elvira y Altos de San Lorenzo, un total de 56 personas de las cuales 42 eran menores. En tanto en 66 y 152 se alojó a 35 evacuados. Los damnificados denunciaron la falta de limpieza de los arroyos, la existencia de basurales que terminaron obstruyendo las zanjas y reclamaron obras de infraestructura. Según registros oficiales, llovió en 12 horas lo que habitualmente se registra en tres meses.

En el Club Circunvalación Milagros Konrad, vecina de 5 entre 91 y 92 contó que pasó una madrugada de terror junto a sus hijos de 5, 4 y un año. “Desde las 11 de la noche comenzó a preocuparnos el nivel del arroyo, pero entre las 2 y las 3 de la mañana el agua entró de golpe, tuvimos un metro y decidimos salir por la seguridad de nuestros chicos. Toda la zona estaba igual, ya nos pasó en la inundación de 2013 cuando perdimos todo”, dijo la mujer.

Para Noelia Alarcón, que vive en 95 entre 11 y 12, la tormenta del jueves también le recordó la inundación de 2013. “El jueves a la noche ya vimos que las cosas se ponían feas, pero alcanzamos a subir dos colchones y rescatamos los documentos. No sabíamos ni por dónde empezar, te das cuenta que una vez mas se vuelve a perder todo y no queda mas que ponernos a resguardo, a las dos y media decidimos irnos”, contó.

Algo parecido vivió Yésica Ramos, de 91 y 115, para ella la acumulación de basura en el arroyo y la falta de obras fueron las causales de la nueva inundación. “La calle 90 tiene una pendiente que hace que el agua vaya para nuestras casas, además hicieron los desagües precarios y a la medianoche ya teníamos medio metro de agua en nuestra casa, subió de un momento para otro”, sostuvo la vecina.

Muy asustada decidió evacuarse con sus 3 hijos, pero antes ayudó a vecinos que estaban mas complicados y cubrió a un bebé de dos meses para que no se mojara.

“Ya es una costumbre que nos pasen estas cosas, no se puede vivir así, se podría prever que el arroyo no esté tapado de autos y basura, lo mismo pasa con los basurales que hay en las esquinas. Es todo muy duro, cuando volvamos nos vamos a encontrar con todo perdido y tapado por la basura que acarreó el arroyo”, aseguró.

En el centro de evacuados de Los Hornos, Susana Ruivo y su hija Ruth Brizuela también relataron las horas dramáticas que pasaron en su casa de 144 y 72 bis.

A las dos de la mañana de ayer Susana supo que las cosas empezaban a complicarse por la crecida del arroyo y llamó a Defensa Civil. Ella vive muy cerca de un zanjón que un rato antes había comenzado a desbordarse y provocó que todos los vecinos se pusieran en marcha en una alocada carrera por levantar lavarropas, heladeras, roperos y todos lo que pudieron recuperar tras la inundación de 2013.

No fue fácil mantener la calma de sus tres hijos adolescentes que aún tienen muy presente lo que les significó aquel 2 de abril. Corrieron de un lugar a otro, tratando de determinar por dónde empezaban a subir las cosas. Cada uno tomó un bolso y lo cargó con los documentos, una muda de ropa seca y una manta. Cuando el agua les llegó a la cintura, no esperaron mas y salieron hacia la delegación de Los Hornos y al rato las trasladaron al Polideportivo. “Ya lo perdimos todo, sabemos de qué se trata, las chicas no paraban de gritar y llorar; mi hijo que vive cerca vino a ayudarnos, él casi se ahoga en la inundación de 2013, lo dieron por muerto”, contó conmovida Susana, quien luego de ponerse a salvo no perdió contacto con los hombres de su familia que quedaron en su hogar para evitar que alguien les robara lo poco que pudo zafar del agua. Hacia el mediodía aún tenían 20 centímetros de agua en su casa.

Ruth - 14 - contó que se despertó con los gritos de su hermano y apenas abrió los ojos vio todo flotando como en la inundación de 2013. “Gritaba, no podía respirar, no quería volver a perder mis cosas como en 2013; me pregunto por qué después de cinco años de reclamos no se pudo cambiar nada, por qué no piensan en cómo nos sentimos cuando nos volvemos a inundar una y otra vez”, sostuvo la adolescente. Se indicó que quienes peor pasaron la madrugada fueron los vecinos de 71 bis que viven entre las calles 143 y 144. “No es un caso o dos, son muchos los que volvieron a perder todo porque el zanjón estaba tapado de basura y porque no hay limpieza”, agregó Ruth, una destacada deportista de Los Hornos que ayer encontró refugio en el mismo ámbito en el que juega ajedrez y practica vóley.

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