El juez no tuvo errores y no influyó ni en el resultado ni en el desarrollo del partido

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Por JORGE VIGLIANO
Ex árbitro de Primera División

Por motivos obvios, es muy difícil escribir esta columna, a menos de diez minutos del final del partido que tuvo un doloroso resultado.

El arbitraje se desarrolló dentro de los parámetros que pretende la Comisión de Arbitraje de la FIFA: pocas amonestaciones, casi sin expulsiones, no permitir rodeos al árbitro ni reclamos airados. Todo esto potenciado por el buen comportamiento de la mayoría de los jugadores de todos los equipos.

Analizando puntualmente al árbitro Irmatov, vale marcar que se encontró con un partido más picante que la media y no tuvo errores en acciones de entidad.

No hubo situaciones de conflicto en las áreas, no necesitó apoyarse en el VAR, algo que facilitó su trabajo.

En los primeros minutos se mostró estricto ante algún reclamo y marcó sin exagerar la exhibición de amarillas.

En este rubro, amonestó a tres jugadores argentinos, Mercado, Otamendi y Acuña, y tres croatas.

Después del tercer gol, la impotencia generó nervios por demás en los jugadores argentinos, momento en el cual puso presencia y abortó posibles consecuencias.

En definitiva, el del uzbeco, fue un buen arbitraje, más en un torneo que piensa ser destacado por el rendimiento de los jueces.

LA CONCLUSiÓN

Mostró algo importante para la calificación del árbitro: no tuvo influencia ni en el desarrollo ni en el resultado.

 

 

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