El increíble penal cometido por Albertengo sorprendió hasta a sus propios compañeros

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Parecía todo terminado. El partido agonizaba hacia un rotundo 0 a 0 en el Islas Malvinas. Corrían 48:38 de la segunda etapa y Godoy Cruz ejecutaba un esperanzador tiro de esquina desde la banda derecha de su ataque.

La pegada del jugador tombino se elevó y encontró un primer rechazo de una defensa que no había sufrido mayores sobresaltos.

Sin embargo, con la redonda aún en el aire, Lucas Albertengo y Diego Viera se elevaron cada uno con su objetivo personal. El del defensor local, devenido en atacante por la situación: vulnerar a Andújar. El del delantero visitante, en condición de defensor: alejar el peligro de su área.

Pese a esto, y como alguien fuera de su hábitat, la reacción del ex Atlético de Rafaela e Indenpendiente, terminó por sorprender a propios y ajenos.

Albertengo se elevó en la puja con el central de los de Dabove, pero prolongó su mano izquierda de manera infantil, para desembocar en un fallo que teñiría de oscuro la excursión Pincharrata por Mendoza. Sin siquiera dudarlo, Jorge Baliño hizo sonar su silbato y marcó el punto penal.

Atónitos por lo realizado por su flamante compañero, ninguno de los dirigidos por Leandro Benítez se atrevió a esgrimir queja alguna, sólo algunos gestos estupefactos.

Con más 50 minutos transcurridos en el complemento y sin tiempo para nada más, Viera ejecutó fuerte, a la derecha de un vencido Andújar, quien sólo se resignó por lo insólito de la jugada.

 

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