Para Boca fue un empate sin goles ni juego
Edición Impresa | 27 de Agosto de 2018 | 02:54

Para Boca, la Copa Libertadores es una obsesión, y por esa razón Guillermo Barros Schelotto diagramó un equipo mixto para la visita a Huracán por la tercera fecha de la Superliga, competencia en la cual el conjunto Xeneize perdió la condición de líder la semana anterior en oportunidad de la derrota sufrida en Quilmes, contra estudiantes.
El partido del jueves en Asunción, contra Libertad de Paraguay, revancha del 2-0 Xeneize en la Bombonera, determinó que el Mellizo dispusiera una serie de modificaciones, que incluyó la reaparición de Fernando Gago, recuperado de una lesión sufrida en la pretemporada cumplida en los Estados Unidos, y la insistencia en jugar sin un delantero de punta.
Igual que frente al Pincha, Boca se movió con un “falso nueve”, y varios juveniles y suplentes de recambio, con un rival que rápido quedó a la vista había tomado apuntes de lo que fue la actuación boquense en la fecha anterior.
Repitiendo en buena parte el planteo de la fecha inaugural contra River, que le permitió cosechar un empate sin goles, y copiando algunos movimientos desplegados por Estudiantes en el referido triunfo ante Boca, la escuadra de Gustavo Alfaro le complicó la noche a los Xeneizes.
Corrió mucho Huracán, metió en todos los sectores, no dejó espacios libres, y en esas condiciones a Boca se le hizo imposible desarrollar el partido que salió a jugar. Ni siquiera la presencia de Gago, el encargado de clarificar, alcanzó para resolver el problema
El primer tiempo se fue con la pelota lejos de los arcos, prácticamente si n emociones, y como el cuadro de situación se le complicó más todavía al visitante tras la reanudación, Guillermo debió resignarse a su idea de jugar sin un “9” y pasado el primer cuarto de hora dispuso el ingreso de Ramón (“Wanchope”) Ábila.
De repente, aq uel partido en el que comenzó marcando un predominio en el primer tramo, no solo se equilibró, sino que pasó a ser adverso cuando el conjunto de Parque de los Patricios encontró la forma de elaborar jugadas utilizando las bandas.
Las situaciones de alto riesgo continuaron sin aparecer en el recuperado, con respecto a la primera fecha, en el partido con River, estadio Tomás Adolfo Ducó, pero los entrenadores empezaron a realizar movimientos como para sorprender.
El Mellizo puso en cancha a Edwin Cardona, en lugar del “falso nueve” Mauro Zárate, de noche poco productiva, y de inmediato Alfaro contestó con Lucas Gamba por Auzqui.
El colombiano desahogó a Boca, pues recostado sobre la izquierda complicó al fondo, sea con entradas en diagonal o pelotazos cruzados, que no prosperaron pero resultaron una amenaza para un empate sin goles que al final quedó sellado.
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