Estudiantes y un novedoso sistema de seguridad para su nuevo estadio

Para evitar cualquier tipo de daño contra las estructuras y/o asistentes, el Pincha presentó un mecanismo de “última generación”

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Por MARTÍN CABRERA

mcabrera@eldia.com

Los últimos hechos de conocimiento público pusieron en foco la seguridad del nuevo estadio de Estudiantes, moderno y tentador al mismo tiempo para este mal llamado folklore futbolístico. Este medio accedió, en exclusiva, al sistema de seguridad que funciona allí y que reduce -al mínimo- cualquier tipo de ataque, atentado o daño que puedan sufrir las estructuras.

En un lugar, que los encargados prefieren no divulgar, funciona un sistema de monitoreo de última generación, con personal dividido en tres turnos y dos grupos: uno de lunes a viernes y otro los fines de semana. Cuenta con 122 cámaras de audio y video que no dejan centímetro del perímetro y el interior sin registrar. No hay espacio (salvo el interior de palcos, baños y ascensores) que no sea controlado.

“La sala de monitoreo cumple dos funciones. Cuando no hay eventos futbolísticos trabaja como seguridad en toda la periferia y el interior, más los sectores mixtos. Los días de partido trabajará junto a Aprevide”, empezó con su diálogo Atilio Cardozo, el encargado del sistema baja la órbita de Francisco Fábrega, el coordinador Seguridad.

Las cámaras trabajan en tiempo real y están colocadas de manera solapada. Asegura que no es tan fácil verlas y eso es uno de los puntos más destacados. Los trabajadores fueron preparados durante un año en el Country de City Bell, primero sobre el manejo del sistema y luego en la parte administrativa.

“Los equipos son de última generación. Poseen un sistema nvr que es superior al dvr, las cámaras que las personas tienen en sus domicilios. Soporta hasta una conexión de 400 elementos. Graba imagen y audio, pero actualmente este último no lo estamos utilizando. Tiene imagen de buena definición para el zoom y una fácil maniobra desde la sala”, agregó Cardozo y confesó que las cámaras están colocadas para no ser encandiladas por las luces, ya sea de autos como de linternas.

“Estas cámaras se terminaron de montar el viernes 29 de noviembre a última hora. La empresa que contrató Estudiantes para el montaje del sistema terminó su trabajo a la medianoche. Quedó funcionando a prueba y error hasta el horario del partido. Al mediodía nos dejaron todo funcionando”, relató antes de entrar en el tema puntual de lo sucedido con las bombas de humo arrojadas detrás de los tanques de agua.

Cuando el personal vio que se empezaron a detonar esas bombas de inmediato con bomberos se trabajó en su abortaje. “Por suerte la mayoría no explotó porque pudo ser un verdadero problema”.

Una vez terminado el partido comenzó la investigación interna. Se miraron las imágenes desde la noche del viernes hasta la hora del partido. Fue la cámara 104 la que registró a los autos y las personas que bajaron . La denuncia fue radicó en la Justicia Federal pero ahora será potestad de la Provincia de Buenos Aires.

El protocolo de seguridad indica que ante el primer indicio de peligro, ya sea una pintura o la colocación de objetos desconocidos, los encargados tienen la obligación de remitir la alarma a una unidad de la Policía que está permanentemente en el Bosque. Al mismo tiempo se llama al 911 y, por supuesto, se da aviso a la seguridad privada para que acuda al lugar.

En Estudiantes están dispuestos a cuidar su nuevo estadio a capa y espada. Por eso este sistema, tan necesario como todos las estructuras que lo forman. Dañarlo no será tan sencillo. Y quien lo haga tendrá que responder en la Justicia.

 

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