A la táctica de Milito le sigue faltando un eje

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Gabriel Milito tiene pensado, definitivamente, utilizar el tramo final de la presente temporada para sacar conclusiones respecto del plantel que recibió un par de semanas atrás y respecto del esquema de juego que impondrá, o al menos lo intentará, tras el presente torneo oficial de Primera.

Anoche, de local en el Estadio Ciudad de La Plata, contra San Martín de Tucumán, de entrada planteó un dibujo de 3-1-4-2, lo que significa defensa de tres, Kalinski adelante, la franja central repartida entre cuatro, incluyendo los laterales y una dupla de ataque.

Esta idea se modificó desde los 19 minutos, cuando Mariano Pavone entró por Bazzana, una movida que determinó un planteo que se transformó en 4-3-1-2 cuando entró Manuel Castro.

Bajaron Facundo Sánchez y Mauricio Rosales para modificar la última línea, agrupar a los medios, dejar a la Gata como organizador de las jugadas de ataque y a la dupla Albertengo-Pavone en los metros finales.

Una serie de variantes, que desde lo táctico dejaron ver que Milito no volvió al club con un solo libreto, sino que por el contrario, tiene en mente preparar al plantel estudiantil para rearmarse de acuerdo a los momentos de los partidos, y respondiendo a posibles cambios del equipo que tenga enfrente.

Contra Huracán, en la fecha anterior, y frente a San Martín en la continuidad del campeonato, Estudiantes ofreció entonces variantes que lo muestran como un equipo en plena etapa de formación. Igual, y también quedó certificado, no tiene generación de juego, le falta un eje, y eso por el momento le complica la evolución que pretende su entrenador.

 

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