River hizo todo, y hasta goleó, pero no llegó a la clasificación

Le ganó 4-1 la revancha a Atlético Tucumán, pero el descuento marcó el destino de los Millonarios en una serie que fue electrizante

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La ventaja de tres goles conseguida de local por Atlético Tucumán no le dejó a River otra alternativa que la de salir a buscar la hazaña en una revancha que anoche encendió las tribunas del estadio Monumental. Desde el comienzo mismo, cuando recostando el juego sobre el carril izquierdo, recorrido nuevamente por Milton Casco, quien reapareció luego de más de dos meses ausente por una lesión, complicó al conjunto visitante, que rápidamente quedó apretado en defensa.

La intensidad de River marcó una distancia que se trasladó al resultado cuando a los 14 minutos, Lucas Pratto, Matías Suárez y Camilo Mayada se juntaron por la derecha para cruzar un centro que Ignacio Fernández definió de taquito. Un golazo, verdaderamente, que acortó la distancia en la serie correspondiente a los cuartos de final de la Copa Superliga , y empujó a los Millonarios a buscar el segundo.

El árbitro dejó pasar una mano penal de Mathías Abero, Pratto dispuso de un par de situaciones más, y el toque del equipo de Marcelo Gallardo, que aprovechó todo el ancho del campo de juego, desarmó a un Atlético que por lo general se muestra ordenado en todas sus líneas.

El transcurrir de los minutos aceleró a River, que se adelantó más todavía en la cancha, exponiéndose a las salidas rápidas, de pases largos, con las cuales la escuadra de Ricardo Zielinski asustó un par de veces, vía David Barbona: primero de tiro libre, por sobre la barrera, después llegando libre por la derecha. Franco Armani, recuperado de la floja actuación en el partido anterior, evitó ambas.

La propuesta del conjunto de Nuñez fue a todo o nada, y en ese cuadro de situación, cuando Casco aparecía por todos lados, siendo una pieza clave en el planteo, Lucas Pratto apareció para capturar un rebote y definir con toque suave a la izquierda de Cristian Lucchetti, abajo. Un minuto antes, Exequiel Palacios lamentó como un cabezazo suyo había golpeado en el palo de la mano derecha del arquero.

Pero después de los aplausos que premiaron el juego del equipo de la banda roja cuando finalizó el primer tiempo, llegó la jugada menos pensada. Córner desde la derecha, cabezazo en el primer palo y atropellada por el medio de Javier Toledo, el mismo que había gritado dos goles en el 3-0 de Tucumán. El golpe que le complicó aún más la noche a River, porque ahora tenía que ganar por una diferencia de cuatro.

Sintió el golpe River, aunque recompuso su imagen, volvió a imponer condiciones contra un rival cada vez más atrás y luego del 3-1 de Matías Suárez, puso todo lo que le quedaba para alcanzar la hazaña. El desgaste le restó claridad en los metros finales, pero no dejó de recorrer todos los caminos posibles para entrarle a una defensa muy firme.

Un cabezazo de Rafael Santos Borré explotó en el travesaño, los cambios trataron de revitalizar, Pratto dejó la serie a un gol, pero aguantó Atlético Tucumán y el 4-1 lo clasificó a la semifinal menos pensada, porque desde el sábado se cruzará con Tigre, que a primera hora dejó afuera a Racing en Avellaneda.

 

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