El cerebro de la bonanza económica de Evo Morales

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LA PAZ

Desde un alto cargo en el Banco Central, el economista Luis Arce (57) desentrañaba las contradicciones del neoliberalismo que aplicaban los gobiernos conservadores de Bolivia y compartía sus opiniones con alumnos y colegas de la universidad.

Hasta que en 2006 el entonces electo presidente Evo Morales le dio la oportunidad de dirigir el Ministerio de Economía con la misión de reorientar la política económica.

Egresado de la estatal Universidad Mayor de San Andrés en La Paz, y con una maestría en la universidad británica de Warwick, Arce es considerado por muchos el cerebro del éxito económico del gobierno de Morales (2006-2019). Pero para sus críticos, esa prosperidad no se debió tanto a su capacidad sino a la bonanza de los precios de las materias primas durante más de una década hasta 2012, lo que llenó las arcas del gobierno de Evo.

En su defensa, el exministro –un tecnócrata más que un político- ha dicho que no solo fue “el efecto precio” sino la redistribución del ingreso y la inversión estatal.

Sin embargo, Bolivia aún depende de la exportación de materias primas -gas natural, minerales y productos agropecuarios- y su estabilidad económica y política están atados a las fluctuaciones de los precios internacionales, apuntó el economista Jaine Dunn.

“El modelo económico se basó en aprovechar los precios de las materias primas, la inversión pública y la redistribución de ingresos mediante el pago de bonos sociales. Pero la bonanza terminó y los planes económicos no cambiaron de orientación”, agregó el experto.

Con Arce como ministro, Bolivia elevó su PBI de 9.500 millones de dólares anuales a 40.800 millones; la economía creció durante más de una década a un promedio anual de 4,6 por ciento y la pobreza bajó del 60 al 37 por ciento gracias a los subsidios. Pero estos logros podrían “revertirse” debido a la “coyuntura crítica” que atraviesa Bolivia, opinan expertos.

Padre de tres hijos, Arce nació en La Paz en el seno de una familia de clase media. Sus padres eran profesores. Su origen y formación son diferentes a los de Morales, hijo de una familia de modestos campesinos, con pocos estudios dado que trabajó toda su infancia, y para quien el aymara es la lengua materna. (AFP)

 

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