Reencuentro tras diez meses alejados por el aislamiento

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Fueron razones de trabajo las que llevaron a Héctor Echeverría una temporada a su Mar del Plata natal. Lejos estaba de imaginarse que la pandemia y el aislamiento llegarían en el preciso momento en que se disponía a abordar un colectivo que lo devolvería a La Plata junto a su esposa, la docente platense Teresita de Antueno, el 19 de marzo.

“Aquel micro se canceló, nunca salió de Mar del Plata y pasamos diez meses alejados, hablando por WhatsApp y contando los días para volver a vernos”, dice Teresia de Antueno.

Con todo, el largo período que Teresita de Antueno y Héctor Echeverría pasaron alejados, finalmente terminó esta semana, cuando él pudo tomar un colectivo que lo trajo hasta La Plata. Entonces subieron una foto a la redes sociales, donde se los ve de nuevo juntos, para celebrar el reeencuentro.

Cuenta Teresita que se conocieron en 2010 a través de Internet. Entonces él vivía en Mar del Plata y ella en La Plata.

“Nos casamos grandes, en el 2016 después de que él consiguiera un trabajo en La Plata y se pudiera radicar acá”, dice Teresita,

Sin embargo, reconoce que ninguno de los dos hizo el cambio formal de domicilio y, cuando la situación laboral de Héctor se complicó, él decidió volver a Mar del Plata a su antiguo trabajo por un tiempo.

“Yo no podia viajar con él porque mi mamá es muy mayor, entonces lo que hacíamos era viajar alternativamente uno u otro para vernos una o dos veces por mes”, cuenta la docente platense.

La idea era mantener esa dinámica hasta que Héctor recuperara su trabajo en La Plata o consiguiera otro.

“El aislamiento encontró a Héctor en Mar del Plata por razones de trabajo y no podía volver”

 

“El 19 de Marzo le tocaba viajar a Héctor, pero llegó la cuarentena y el micro nunca salió. Ahí empezó una larguísima temporada de no poder vernos y de extrañarnos”, cuenta Teresita.

“Durante todo ese tiempo lo único que nos quedaba eran los encuentros a través de WhatsApp, porque Héctor no tiene auto y se había interrumpido el servicio de micros. Además, si yo hubiera querido viajar a Mar del Plata, no hubiera podido, no me hubieran dejado entrar”, dice la docente platense.

Cuando el serviico de colectivos retornó, Héctor encontró un nuevo obstáculo: la altísima demanda de pasajes , que agotaba rápidamente los servicios, que por protocolo, salían con alrededor de la mitad de su capacidad ocupada.

“Ahora que finalmente pudo llegar, ya decidimos que nos quedamos juntos en La Plata”, dice Teresita.

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